17 ene 2025

Incubus

 


 

La historia del cine está llena de las llamadas "películas malditas". Un concepto atractivo que sirve para dar cierta aura de misterio a algunos títulos, especialmente a películas de terror que tratan con el diablo. Incubus (Leslie Stevens, 1966), no confundir con El íncubo (Incubus, John Hough, 1981), tiene fama de película maldita  pero no es más que una película interesante y fascinante, rodada en esperanto, el lenguaje internacional, si bien es comprensible que tenga esa fama viendo su historia.

En el pueblo de Nomen Tuum se encuentra un pozo cuyas aguas son capaces de sanar cualquier tipo de dolencia, pero además se dice que otorgan cierta sutil belleza a quién las bebe. Por ello, muchas personas superficiales, vanas y egoístas se acercan al pueblo, cayendo víctimas de los demonios que acechan el lugar. Kia (Allyson Ames) es una de estos demonios que está cansada de los fáciles objetivos de corrupción con que se encuentra. Busca un auténtico desafío, un alma pura que ofrecer al Señor de las Tinieblas. Por ello decide corromper a Marc (William Shatner), un soldado que se recupera de sus heridas, físicas y psicológicas, junto a su hermana Arndis (Ann Atmar). Marc se ve así envuelto en una batalla entre el bien y el mal, en la que deberá enfrentarse al demoníaco íncubo (Milos Milos).

Influenciado por el cine de Ingmar Bergman y la Nueva Ola francesa, el film de Leslie Stevens es alegórico y onírico. La decisión del director de rodar en esperanto influenció también en la estética del film, ya que estaba enfocada al público que iba a los cines de arte y ensayo, único lugar en Estados Unidos donde se proyectaban películas subtituladas entonces. Pero Incubus también utiliza motivos y recursos del cine fantástico y de terror, de modo que resulta al mismo tiempo exótica y accesible. Stevens ya había utilizado una técnica parecida, pero usando la ciencia ficción para hablar de temas filosóficos y profundos en su más famosa creación, la serie Rumbo a lo desconocido (The Outer Limits, 1963-1965). Pero esta táctica no le funcionó aquí, ya que el uso de esperanto hizo que le fuera casi imposible encontrar distribución en Estados Unidos. Solo funcionó en Europa, particularmente en Francia donde ya se había estrenado una película en esperanto: Angoroj (Atelier Mahé, 1964). Además, apenas unas semanas antes de que Incubus se estrenara en Estados Unidos, Ann Atmar se suicidó. Luego, Milos Milos asesinó a la esposa de Mickey Rooney y se suicidó. Años más tarde, se creyó que el film se había perdido en un incendio, hasta que se encontró una copia en Francia a finales de los 90 del siglo XX.

Todos estos hechos son los que han contribuido a darle  un aura de película maldita a Incubus. Pero no dejan de ser desgracias en las que la película no tuvo nada que ver, por mucho que aparezcan figuras demoníacas en él. El film es una clásica representación del bien contra el mal, reducida a sus elementos más básicos, un héroe que encarna los aspectos más nobles y bondadosos de la humanidad al que se pone a prueba enfrentándolo a demoníacas tentaciones como en el clásico gótico El monje de Matthew Lewis. El uso del esperanto contribuye a darle un toque extraño al film, que atrapa por su atmósfera y su intrínseca rareza. No dura más que 75 minutos, así que Stevens concentra su historia para maximizar el impacto en el espectador. Por supuesto, no es una película para todo el mundo. Para algunos puede que resulte demasiado esotérica, demasiado bizarra. Los mismos motivos por la que otros espectadores posiblemente la encuentren fascinante. En todo caso, es una película única que mezcla la sensibilidad del arte y ensayo con la del cine de terror. El único tráiler existente no representa bien la película, quiere convertirla en un espectáculo camp, pero al menos presenta algunas de las imágenes más interesantes que pueblan el film.


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