17 mar 2025

Han cambiado de cara (...hanno cambiato faccia)

 


 

Vista cuando se estrenó en los 70 del siglo XX, Han cambiado de cara (...hanno cambiato faccia, Corrado Farina, 1971) debía parecer una sátira pasada de vueltas de una sociedad dominada por el capitalismo. Por desgracia para nosotros, vista hoy día Han cambiado de cara parece un documental.

Alberto Valle (Giulano Esperati) es un humilde ejecutivo al que se le comunica que Giovanni Nosferatu (Adolfo Celi), el propietario de la compañía para la que trabaja Alberto, quiere recibirlo en su mansión. Alberto ve en esta invitación una oportunidad para hacer realidad su ambición de subir puestos, pero cuando llega allí una serie de extraños sucesos y personajes le hacen sospechar que tras lo que parece un simple complejo industrial se oculta una terrible conspiración.

Esta película está incluida en el pack Danza Macabra: Volume Two editado por Severin y fue una de las razones por las que lo compré. Soy fan de Baba Yaga (1973) y siempre tuve curiosidad por ver más trabajos del director Corrado Farina. Pero Farina solo dirigió dos películas, siendo su debut en el largometraje el film sobre el que trata este artículo. Sin embargo, Han cambiado de cara era una película notoriamente difícil de ver fuera de Italia, su país de origen. Allí sí que fue editada en DVD a principios del siglo XXI pero en una edición solo con subtítulos en italiano.

La película ya presenta la sensibilidad pop que haría tan especial Baba Yaga, pero aquí este estilo está puesto al servicio de una una sátira del capitalismo, utilizando a los vampiros como alegoría. Más absurda que Thirst (Rod Hardy, 1979),  otra película que utiliza los vampiros como alegoría del capitalismo, Han cambiado de cara utiliza la historia clásica de Drácula de Bram Stoker como punto de partida. Como un Jonathan Harker contemporáneo, Alberto Valle parte en un viaje que espera le haga prosperar económicamente. Farina, aunque se trata de una comedia negra, sigue todos los clichés del género de la época, pero dándoles un giro moderno. Por ejemplo, los esbirros del vampiro utilizan coches para cumplir las órdenes de su amo en lugar de caballos. Unos coches que eran Fiats, una manera de aludir a Gianni Agnelli, entonces presidente de la Fiat y que era un ejemplo de empresarios poderosos con influencia sobre los políticos de los que Giovanni Nosferatu es una parodia (un equivalente actual y patrio sería Florentino Pérez).

Farina, antes de ser director de cine, estuvo trabajando dentro de una empresa publicitaria, así que gran parte de la sátira está dirigida a este mundo. El director presenta un mundo en el que la publicidad es omnipresente, continuamente forzando su mensaje en el individuo, incluso en la ducha. Este tipo de crítica era bastante habitual en la época, cuando la publicidad estaba evolucionando hacia el marketing de la actualidad. Ahora parece que ya nos hemos acostumbrado al bombardeo constante, porque ya no sorprende tener mensajes publicitarios en todas partes y estos ataques a la manipulación publicitaria ya no son tan habituales. Ni siquiera el cine de arte y ensayo se libra en la película de Farina, ya que en una de las escenas más memorables se ofrece una parodia del cine de Godard y Fellini, reconvertido en anuncios publicitarios.

En la película también se trata la política de género. En su viaje hacia la mansión de Nosferatu, Alberto conoce a Laura (Francesca Modigliani), una mujer que representa la libertad fuera del capitalismo. Es la oportunidad que se le presenta a Alberto para escapar del mundo de Nosferatu. Sin destripar nada, podríamos decir que el film tiene un mensaje bastante pesimista que, de nuevo, hace que resuene con bastante fuerza en nuestro presente.

Y ojalá no fuera así. Pero en la sociedad en que vivimos, con el fascismo en alza y los derechos sociales atacados constantemente, Han cambiado de cara es una representación bastante acertada de nuestro mundo, teniendo en cuenta la exageración propia de la sátira. También resulta inquietante por cómo te hace reflexionar por el futuro que nos espera.

 

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