Podría empezar hablando de como esta película satiriza la pasión por los gimnasios como locales para pillar cacho. O por como trata un tema clásico del terror y la ciencia ficción como el de las nuevas tecnologías enloquecidas. Pero creo que iré directamente al grano: esta peli mola que te cagas.
Perra bruja (Death Spa, Michael Fischa, 1987) arranca con una serie de extraños accidentes que tienen lugar en el avanzado gimnasio y balneario de Michael Evans (William Bumiller). La policía empieza a investigar, pero no parece llegar a ningún sitio y las muertes se van acumulando. Sin embargo, el horror no ha hecho más que empezar, ya que el club de Michael está siendo acosado por una entidad en busca de venganza.
Cuando me llegó el anuncio de que esta película había sido editada en Blu-ray/DVD, no despertó mi interés porque la confundí con Al filo de una muerte anunciada (Killer Workout aka Aerobicide, David A. Prior, 1987), típico slasher ambientado en un gimnasio con un tremendo título en castellano. Lo que captó mi atención fue que Death Spa estaba siendo editada por una resucitada Gorgon Video.
Gorgon Video, en los tiempos del VHS, proporcionó grandes alegrías a los aficionados como yo editando oscuras y sangrientas películas, así como diversos títulos de culto. En Barcelona había una tienda llamada así que ofrecía material de importación, aunque no supe nunca si tenía relación con el sello. En todo caso, al captar el nombre de esta mítica compañía descubrí que Death Spa no tenía nada que ver con lo que había pensado en un principio. La película, en cuanto a tono e intenciones, tiene más en común con Hello Mary Lou (Hello Mary Lou: Prom Night II, Bruce Pittman, 1987) que con algún aburrido slasher de la época.
En cuanto vi la secuencia de apertura, supe que Death Spa me iba a encantar. El film arranca con un plano secuencia en el que la cámara, en medio de una tormenta, se acerca al gimnasio/balneario donde transcurre la acción. Un rayo impacta contra el letrero y las únicas letras que quedan iluminadas son las que forman el título original. Ok, me dije, este parece mi tipo de película. Lo cual no tardó en ser confirmado, gracias a sus muertes sangrientas y exageradas y su estilo inequívocamente ochentero. Un ochenterismo también expresado en como muestra la afición por las nuevas teconologías, que empezaban a florecer en esta época. El gimnasio donde transcurre la acción está completamente automatizado, lo que facilita el exterminio de sus trotones clientes.
Death Spa es tanto una película de los 80, como un irónico comentario sobre esa década. El diseño de producción busca que todo sea algo pasado de vueltas de forma consciente, para darle un toque satírico (algo parecido a lo que hizo Jeff Lieberman en Remote Control [1987]). Aparte, como decía en la intro, el film es un testimonio de la fiebre por los gimnasios de los 80, no como manera de mantenerse en forma sino como un lugar al cual ir a ligar. En este sentido, el film nos regala un pedazo de diálogo memorable. Fijaos como Robert (Hank Cheyne) rechaza a Darla (Chelsea Field):
-Yo soy Beta y tú eres VHS.
Además de algún rostro familiar para los aficionados como el de Field o el gran Ken Foree, las interpretaciones en general están bastante bien y encajan perfectamente con el tono del film. Un film que está muy bien dirigido y mejor escrito de lo habitual, con un guion interesante que mantiene al espectador enganchado a la trama. Los efectos especiales, teniendo en cuenta que fue una producción de bajo presupuesto, son bastante buenos. Destaca especialmente en este sentido la gran masacre del tramo final.
Por desgracia, el film no tuvo mucha suerte cuando terminó su producción. La censura mutiló la película, prácticamente eliminando todo el gore, y cayo en manos de una distribuidora no muy buena que decidió cambiar el título original por el pésimo Witch Bitch (lo que explica el título en castellano).
Para mí ha sido todo un descubrimiento. Un film que me ha hecho disfrutar enormemente a todos los niveles. Muy recomendada.
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