23 dic 2020

Tremors: Shrieker Island

 

Lo más sorprendente de la saga Tremors no es que haya llegado a tener siete entregas y una serie de televisión (y un piloto cancelado), sino que haya mantenido cierto nivel de calidad a pesar de que las secuelas se crearan directamente para el mercado doméstico. La última entrega, por ahora, Tremors: Shrieker Island (Don Michael Paul, 2020) es el perfecto ejemplo de secuela DTV que ofrece entretenimiento de calidad, a pesar de los bajos presupuestos que se manejan en este tipo de secuelas.

El siempre efectivo Richard Brake interpreta a un multimillonario que ha creado una versión genéticamente manipulada de los Graboides. El objetivo final de esta manipulación es crear ejemplares que sean cazados por compañeros millonarios en una isla. Por supuesto, las cosas no salen bien y aparecen los Shrieker a los que se hace referencia en el título. Y así entra en escena Burt Gummer, el personaje con el que Michael Gross ha mantenido la saga viva, que se dedicará a solucionar el problema Graboide de la isla.

Don Michael Paul dirigió también las dos anteriores entregas de la saga, un retorno a la actualidad tras un periodo de trece años sin entregas de Tremors. Estas secuelas fueron realizadas sin ninguna participación de los creadores de la saga, S.S. Wilson y Brent Maddock, que se habían encargado de las cuatro primeras entregas y la serie de televisión. Shrieker Island resume lo mejor y lo peor de estas nuevas entregas producidas por Universal: el tono es distinto, más cínico, los personajes, con la excepción de Burt Gummer, no tienen el mismo carisma de los creados por Wilson y Maddock, los presupuestos se exprimen filmando en localizaciones exóticas, que son más baratas que filmar en Estados Unidos, pero también ofrecen buenas dosis de entretenimiento y diversión. Y si la anterior entrega, Temblores 6: Un día en el infierno (Tremors: A Cold Day in Hell, Don Michael Paul, 2018), fue considerada como una pequeña decepción por parte de los fans, creo que esta nueva entrega es tan entretenida como Temblores 5: El legado (Tremors 5: Bloodlines, Don Michael Paul, 2015), aunque mi opinión no parece ser compartida por la mayoría.

Shrieker Island me ofreció lo que esperaba de una entrega de esta serie: Burt Gummer matando monstruos de forma entretenida y divertida. El compañero que le toca en esta entrega, Jimmy (Jon Heder), es más simpático que Travis, el hijo de Burt interpretado por Jamie Kennedy, y la ambientación en Thailandia le da un toque de exótica aventura a la historia. Si esta resulta ser la última entrega, creo que se despide con una buena nota. En lugar de más entregas, tal vez es la hora de un reboot que le aporte algo de sangre fresca a la saga.

2 comentarios:

Victor dijo...

Me quedan algunas secuelas aún por ver, no sabía de esta nueva entrega. Pero como dices siempre son muy entretenidas
Un saludo

Raúl Calvo dijo...

Hay packs con toda la saga bastante bien de precio con los que te pones al día en un momento. Un saludo.