27 sept 2021

Los surfistas nazis deben morir (Surf Nazis Must Die)

 

La película es Los surfistas nazis deben morir (Surf Nazis Must Die, Peter George, 1987) y fue distribuida por la Troma. Esa es casi toda la información que uno necesita para saber si le puede interesar o no verla. Para aquellos que necesiten algo más, es el momento de coger la tabla de surf y la ametralladora para adentrarnos en la peligrosa playa de los surfistas nazis.

Un terremoto ha convertido la costa de California en una zona catastrófica en la que las bandas surferas se han hecho con el control. Y los surfistas nazis luchan por hacerse con el control de las bandas surferas, liderados por Adolf (Barry Brenner). Pero los surfistas nazis cometen el error de matar a Leroy (Robert Harden), el hijo de Eleanor "Mama" Washington (Gail Neely), una jubilada que se embarca en una misión de venganza contra la banda de Adolf. Para Eleanor, los surfistas nazis deben morir.

Este es uno de los títulos, y quiero decir literalmente título, del catálogo ochentero de la Troma más memorables. Y un título llamativo es a veces todo lo que necesita una película para convertirse en cinta de culto. Eso y un póster igualmente memorable. Por suerte, la película de Peter George ofrece lo que promete: una serie B pasada de vueltas, con las indispensables interpretaciones sobreactuadas y generosas dosis de violencia gratuita.

La idea se le ocurrió a Peter George cuando, surfeando, se topó con una banda de surfistas que le increpó por meterse en su territorio. George pensó que sería divertido ver a una mujer mayor enfrentarse a una banda callejera pero trasladada al ambiente surfero. De hecho, el término "surfista nazi" se venía empleando desde mediados de los 50 para referirse a los surferos territoriales obsesionados con el surf. Fue cuestión de añadirle la ideología para dar forma a este grupo de adolescentes surferos que han adoptado motes nazis para crear su banda. El guionista Jon Ayre fue quien tuvo la idea de trasladar la acción al habitual "futuro cercano", un escenario posapocalíptico en el que la presencia de estos nazis surferos fuera menos (o no tan) absurda. Fue asi como el film se acabó convirtiendo en una mezcla imposible entre Los amos de la noche (The Warriors, Walter Hill, 1979), Mad Max: Salvajes de la autopista (Mad Max, George Miller, 1979) y El gran miércoles (The Big Wednesday, John Milius, 1978).

La película peca de ser algo lenta al principio, la acción tarda bastante en arrancar. Pero no deja de ofrecer momentos absurdos y divertidos, haciendo todo lo posible por resultar entretenida dentro de las limitaciones del bajo presupuesto. A veces los momentos divertidos son buscados, como la búsqueda de Hook (Joel Hile) por el garfio perfecto que sustituya a su mano ausente, y otras veces son involuntarios, como que la única caracterización de Gail Neely como jubilada sea simplemente ponerle una peluca de pelo gris. ¿Y no es precisamente esto lo que buscan los amantes de la serie B o Z? Así es Los surfistas nazis deben morir: pura serie B para lo bueno y para lo malo, lo que significa que la línea que separa lo bueno y lo malo queda bastante difuminada.

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