Recuerdo que cuando inauguraron un Blockbuster en mi barrio fui con muchas ganas. Al entrar descubrí que, claro, lo que llenaba más las estanterías eran las novedades mainstream, lo que le quitaba interés para mí (un amigo también me señaló que, al contrario que los otros videoclubes de la zona, no tenían sección de cine X, lo que atribuimos a que se trataba de una cadena americana). Pero, al inspeccionarlo mejor, vi que en las estanterías interiores, más alejadas de las luces de las novedades, era donde estaba la mandanga de la buena. Las películas antiguas, viejas, hechas polvo, donde se podían encontrar ocultas maravillas, que además se podían tener en casa más días porque no eran estrenos. Fue en aquellas estanterías donde descubrí Specters: Espectros (Spettri aka Specters, Marcello Avallone, 1987). Era imposible que no la alquilara con semejante carátula:
Y en VHS se quedó. Aunque me había gustado, quedó relegada a los rincones oscuros del videoclub interior. No la recuperé luego en DVD, pero algo de Specters se me quedó porque, por ejemplo, cuando empecé a ver La madre del mal (La terza madre aka Mother of Tears, Dario Argento, 2007) el inicio se me hizo familiar, como que ya había esto antes. Y, en cierta forma, así era.
El profesor Lasky (Donald Pleasence) está al frente de un grupo de arqueólogos que trabaja en las catacumbas de Roma. El grupo hace un importante descubrimiento, una tumba desconocida que estaba oculta hasta entonces. Muy pronto, extraños fenómenos empiezan a ocurrir, como si el mal oculto en las catacumbas empezara a contaminar la superficie. Marcus (John Pepper), uno de los arqueólogos, empieza a unir los extraños sucesos con lo sucedido en las catacumbas, mientras la novia de Marcus, la actriz y cantante Alice (Trine Michelsen), empieza a tener terribles pesadillas y alucinaciones que parecen relacionadas con el descubrimiento del profesor Lasky. Un argumento clásico que Marcello Avallone desarrolla con gusto y estilo, notándose que él era un fan del género.
Mientras se encontraba rodando un documental en Estados Unidos, Avallone descubrió como el cine de terror estaba cambiando y evolucionando. Esto le dio la idea de hacer una película de terror con un monstruo al acecho y un toque un poco de serie B. Contactó con el productor Maurizio Tedesco y se pusieron a trabajar en un guion, en el que también trabajó Andrea Purgatori, que principalmente trabajó como periodista de investigación. El proyecto se puso en marcha bastante rápido, sobre todo una vez se aseguró la participación de Donald Pleasence en el reparto y que Sergio Stivaletti se encargara de los efectos especiales. Pero en este caso lo que destaca es que Avallone y Tedesco lograron asegurar un holgado presupuesto y nueve semanas de rodaje, en un momento en que la industria cinematográfica italiana estaba en plena crisis, siendo el más afectado el cine de género producido en Italia.
Siempre es un pequeño shock ver una película que solo has conocido en VHS en gloriosa alta definición. Más en el que caso de esta película en la que el presupuesto y el calendario hicieron posible que Specters tuviera un gran acabado, buena fotografía y estupendos efectos especiales. Todo ello a pesar de que Avallone quisiera hacer, como hemos dicho, un film que tuviera un toque de serie B. En lo que se refiere a los efectos especiales, funcionan sobre todo porque el director sabe qué mostrar y cuánto tiempo mostrarlo. Esto es especialmente importante en lo que se refiere al monstruo que acecha a los protagonistas: se muestra lo bastante como para que se pueda admirar su diseño pero no tanto para que pierda realismo o resulte ridículo. En favor de los efectos especiales también juega la claustrofóbica atmósfera del film. La ambientación en las catacumbas funciona a la perfección con la historia, generando secuencias muy logradas como el descubrimiento de la cámara oculta y algunas escenas de muertes sangrientas. Habiendo visto todo esto, sorprende que la película fuera concebida originalmente como un telefilme y no una película para estrenar en cines. Por suerte, se decidió que era demasiado oscura y brutal para la televisión italiana y se estrenó en cines, lo que facilitó que llegara a nuestras pantallas.
Viendo la película ahora, hay un aspecto que me llamó la atención que imagino me pasaría desapercibido cuando la vi por primera vez en vídeo, ya que cuando era un chaval que todavía no tenía el conocimiento del género que tengo ahora. Esto es que Avallone hace diversos guiños y homenajes al cine de terror, antes de que lo "meta" estuviera de moda. Algunos de estos guiños están bastantes logrados, como el macabro uso que se hace del clásico león de la Metro. Otro detalle que me sorprendió es que, por alguna razón, se especifica que un periodista de El País llega para entrevistar a Alice, en lugar de un periodista italiano o americano. ¿Tenía amigos en El País Avallone o era una contribución de Purgatori?
Avallone mantiene un buen equilibrio entre el terror más atmosférico con impactantes momentos gore. Esto hace que, aunque no se trate del argumento más original del mundo, es contado de forma entretenida sin un momento para el aburrimiento, lo que explica que fuera un gran éxito de taquilla en Italia y tuviera una distribución internacional bastante óptima. A pesar de ello, la película pasó un tiempo en la oscuridad. Investigando, he visto que tuvo un par de ediciones en DVD, una italiana y otra inglesa, de calidad discutible. Lo que hace ideal que se haya editado en Blu-ray y pueda ser descubierta o redescubierta por los fans del género. Specters es un film que no tiene grandes nombres del género que lo respalden detrás de las cámaras, como Dario Argento o Lucio Fulci, pero es muy efectivo a pesar de todo. Es cierto que las interpretaciones, con alguna excepción como Donald Pleasence (obvio), son algo flojas pero esto no impide que el film cumpla con las expectativas sobre este tipo de películas. Es una lástima que la proyectada secuela nunca se acabara de materializar, habría sido interesante ver qué más hacía con la premisa Avallone.
En definitiva, no os esperéis una obra maestra pero sí una película de terror efectiva, con algo de sentido del humor, que cuenta una historia tal vez familiar pero con toques de originalidad.
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