Hay pocos directores que puedan decir que terminaron su carrera en el cine por todo lo alto, pero Ngai Choi Lam desde luego es uno de ellos. Su última película como director fue The Cat (Lo mau, 1991), una locura que culminó de manera genial una carrera llena de títulos demenciales.
Como The Seventh Curse (Yuen Chun Hap yu Wai See Lee, Ngai Choi Lam, 1986), The Cat se basó en una novela de Kuang Ni. El autor utilizó el pseudónimo de Wisely para escribir toda una larga serie de novelas en las que un precedente de Mulder se dedica ha investigar casos extraños, muchas veces relacionados con extraterrestres o fenómenos paranormales. Wisely era también el nombre del protagonista de estas aventuras y en The Cat está interpretado por Waise Lee (en The Seventh Curse fue interpretado por Chow Yun Fat). En The Cat, Wisely investiga las extrañas actividades de un misterioso trío que resulta estar formado por una princesa (Gloria Yip), un hombre mayor llamado Errol (Siu-Ming Lau) y un gato que parece más inteligente y hábil de lo que seria un gato normal. Este trío de personajes son visitantes de otro planeta, que están aquí para parar la sangrienta invasión de una especie extraterrestre malvada.
Aunque resulta obvia la influencia de algunas de las situaciones de la película, en particular El terror no tiene forma (The Blob, Chuck Russell, 1988) y La invasión de los ultracuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Philip Kaufman, 1978), el mayor mérito de The Cat es que resulta impredecible. Incluso teniendo en cuenta que el argumento es muy común, una clásica historia de invasión extraterrestre, el desarrollo no lo es, así como tampoco las bizarras secuencias en las que el director sumerge al espectador. Posiblemente la más memorable es una increíble pelea entre el gato espacial y un perro policía. Como, obviamente, los animales reales no podían llevar a cabo la pelea, que incluye llaves de artes marciales y saltos en el aire, se utilizaron una diversidad de técnicas para hacerla realidad, desde animales mecánicos a animación stop-motion. Los animales reales se utilizaron solo para primeros planos y reacciones, lo que hace que la pelea sea una delicia de ver, además de muy divertida (más sabiendo que no se maltrataron animales, lo que no habría sido extraño en aquella época). Pero mi secuencia favorita, además de la ojiplática secuencia final, es la que nos muestra como el alien malvado, una especie de hongo espacial carnívoro, se deshace de un grupo de policías. Es el tipo de secuencia que solo se podría ver una película de Ngai Choi Lam y en el cine extremo de Hong Kong de la época.
The Cat también contiene escenas de acción más habitual en el cine de Hong Kong, pero con un toque demencial, para que no desentone con el resto de la película. Es lo que acaba de redondear esta joya con la que Ngai Choi Lam se despidió del cine. En la película se ve de fondo la angustia por lo que sucedería en 1997, cuando Hong Kong regresa al control chino. Teniendo en cuenta que el gobierno chino no permite las películas con contenido sobrenatural, ¿es posible que Choi Lam emigrara de Hong Kong hacia Estados Unidos por esa razón? Lo desconozco, es pura especulación, pero lo que es seguro es que esta película es un fantástico broche de oro a una carrera que transitó por el lado más salvaje y loco del cine.
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