18 may 2016

Batalla más allá de las estrellas (The Green Slime)

 
Ya en el momento de su estreno, Batalla más allá de las estrellas (The Green Slime, Kinji Fukasaku, 1968) debía parecer algo anticuada, sobretodo teniendo en cuenta que se estrenó después de 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968). Coproducida entre Estados Unidos, Japón e Italia, la película se rodó en estudios en Japón pero con actores, actrices, guionistas y productores americanos. El resultado es un film no muy bueno pero tremendamente entretenido.

Su argumento mezcla elementos que en el futuro veríamos en diferentes películas: un asteroide se dirige a la Tierra y para impedir que choque contra ella se manda un equipo para destruirlo. Mientras se encuentran sobre el asteroide, uno de los miembros es infectado con una sustancia extraña. Al término de la misión, de vuelta a la estación espacial desde la que sale el equipo, nadie descubre la extraña sustancia que se acaba convirtiendo en una criatura mortífera que empieza a eliminar a los habitantes de la estación, con el problema que si hacen sangrar a las criaturas simplemente provocan que aparezcan más. La única esperanza para la humanidad son el comandante Jack Rankin (Robert Horton) y el comandante Vince Elliott (Richard Jaeckel), que se enfrentan a las criaturas al mismo tiempo que, comprensiblemente, se enfrentan entre ellos por el cariño de la doctor Lisa Benson, a la que dio vida la tremenda Luciana Paluzzi.

Esta película me gustó por diversos motivos, no el menor de ellos la presencia siempre agradable de Paluzzi. Pero también me hicieron mucha gracia las maquetas y los efectos especiales. Las maquetas fueron usadas para representar la Tierra en el futuro y la estación espacial en la que transcurre la acción principal. Para la época están bastante bien hechas y le añaden cierto entrañable encanto a The Green Slime. Los efectos son los típicos que os podéis esperar, no demasiado espectaculares, pero que le añaden diversión al conjunto. Pero si algo destaca son las malvadas criaturas de un ojo que infestan la estación, interpretadas por niños japoneses embutidos en aparatosos trajes. Resulta muy entretenido buscar los momentos en que las piernas de los actores se hacen visibles bajo el traje.

En definitiva, esta es una película algo cutre pero sin duda muy divertida y entretenida. Hará las delicias de aquellos aficionados a la ciencia ficción vintage y de los entusiastas de la serie B más molona.


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