22 dic 2023

Historias de medianoche (Campfire Tales)


 

Siempre ha existido una conexión entre las leyendas urbanas más macabras y el cine de terror, alimentándose mutuamente a lo largo de los años. Uno de los ejemplos más conocidos es Historias de medianoche (Campfire Tales, Matt Cooper, Martin Kunert, David Semel, 1997), película antológica que adapta diversas leyendas urbanas.

Historias de medianoche es uno de los ejemplos más conocidos, pero no el mejor. Su popularidad radica en que fue estrenada a finales de los 90, de modo que muchos actuales comentaristas de cine de terror la destacan ya que la vieron a una edad impresionable, y porque en su reparto encontramos muchos rostros familiares. Algunos se convirtieron en estrellas más tarde, como James Marsden, otros eran rostros familiares en televisión y en las películas directas a vídeo de la época como Christine Taylor y Jennifer MacDonald. Pero, dejando de lado la nostalgia, el conjunto es algo desigual, nunca acaba de explotar al máximo todo el potencial de la propuesta.

La película empieza bastante bien, con una adaptación muy fiel, rodada en blanco y negro, de la clásica historia del garfio. Eddie (Marsden) y Jenny (Amy Smart) son una pareja de adolescentes enrollándose en una apartada carretera dentro de un coche, cuando Jenny empieza a escuchar extraños ruidos coincidiendo con un momento en el que la radio anuncia que se ha escapado un loco asesino de un manicomio, un asesino que tiene un garfio en lugar de mano derecha. Su efectividad radica en su simpleza, explicando la historia en su versión más conocida. En 1997, la leyenda del garfio sería la más conocida de todas las adaptadas, no solo por su popularidad como cuento de fogata, sino también porque una versión se cuenta al inicio de Sé lo que hicisteis el último verano (I Know What You Did Last Summer, Jim Gillespie, 1997), de modo que era una gran forma de meterse en el espíritu de la película.

Tras la introducción se pasa a la historia que sirve de unión del resto: un grupo de adolescentes (Christopher Masterson, Jay R. Ferguson, Kim Murphy y Taylor) tiene un accidente y, mientras espera que llegue la ayuda, cuentan leyendas urbanas al calor de una fogata. No mencionaré antecedentes porque equivaldría a destripar el final, pero resultará bastante familiar a los espectadores.

El siguiente segmento también cuenta una leyenda popular, cuya base se usó al inicio de Sabe que estás sola (He Knows You're Alone, Armand Mastroianni, 1980) y también fue usada en Leyenda urbana (Urban Legend, Jamie Blanks, 1998), en ambos casos de forma mucho más efectiva. La leyenda urbana original se cambió para que no fuera demasiado parecida al segmento del garfio que abre la película. Por eso aquí los protagonistas no son una pareja de adolescentes aparcados en una solitaria carretera, sino una pareja de luna de miel, Ron Livingston y MacDonald, haciendo un viaje en una autocaravana. Inevitablemente pararán en un lugar apartado, pero en este caso serán víctimas de unas extrañas criaturas. Tiene buenos momentos, pero los cambios para modernizarla no añaden nada de interés, posiblemente también a que, debido al bajo presupuesto, no se ven las criaturas con lo que se pierde efectividad.

La siguiente historia se moderniza también, añadiendo un detalle que la hace moderna: un psicópata (Jonathan Fuller) utiliza un chat para hacerse pasar por una niña de doce años y localizar niñas que convertir en futuras víctimas. En esta ocasión, la futura víctima es la pequeña Amanda (Alex McKenna). De nuevo, a pesar de algún buen momento, la modernización de la leyenda no la hace más interesante, quedando su potencial sin explotar. Tal vez porque hay otras leyendas que habrían quedado más cinematográficas y la conclusión resulta algo insatisfactoria.

La última historia, aparte del hilo que une los distintos segmentos, es una historia que, de nuevo, resultará bastante familiar ya que recuerda a uno de los primeros episodios de la serie Historias de la cripta (Tales from the Crypt). Está mejor ejecutada que los dos segmentos anteriores, aunque sea algo predecible. Como predecible es el final de la película, aunque incorpora algo habitual hoy día que entonces era una auténtica sorpresa: una escena poscréditos.

Historias de medianoche es hoy día una curiosidad interesante, pero no es una joya a descubrir. Sigue siendo lo que fue entonces, una buena idea que no acaba de funcionar posiblemente a que lo que cuenta ya había sido o sería explotado de forma más efectiva en otras películas.


2 comentarios:

Victor dijo...

Desconocía este film por completo,,,,quizás le de una oportunidad por curiosidad
Un saludo

Raúl Calvo dijo...

Bueno, eso es todo lo que es: una curiosidad. Un saludo.