Nota: los comentarios sobre la trilogía de películas que aquí se tratan se han hecho a partir de las versiones extendidas sin censurar que aparecieron en Blu-ray en Estados Unidos.
Mucho se ha escrito y comentado sobre el regreso de los slashers a la gran pantalla a mediados de los 90 del siglo XX gracias al éxito de Scream: Vigila quién llama (Scream, Wes Craven, 1996). Pero al final de la década de los 90 y durante los primeros años del siglo XXI, también regresó otro género que predominó originalmente durante la década de los 80 del siglo XX. El éxito de American Pie (Paul Weitz, 1999) trajo de vuelta la comedia destripada y obscena, con abundancia de chistes sexuales (y los correspondientes desnudos gratuitos) y algunos toques de escatología.
Este estilo de comedia arrancó en Estados Unidos debido al éxito de Desmadre a la americana (National Lampoon's Animal House, John Landis, 1978) y Porky's (Bob Clark, 1981). El enorme éxito de estas películas provocó toda una serie de producciones que buscaban tener el mismo éxito. Algunas se han convertido en clásicos como las dos mencionadas o Aquel excitante curso (Fast Times at Ridgemont High, Amy Heckerling, 1982), y otras de éxito menor que también tienen sus fans como El último americano virgen (The Last American Virgin, Boaz Davidson, 1982), Los rompecocos (Screwballs, Rafal Zielinski, 1983) o Despedida de soltero (Bachelor Party, Neal Israel, 1984). La mayoría no ha envejecido nada bien, ya sea porque han perdido la poca gracia que tuvieron en el día de su estreno o porque están tan cargadas de misoginia que la derraman por los cuatro costados como La revancha de los novatos (Revenge of the Nerds, Jeff Kanew, 1984). Las nuevas incorporaciones al género del siglo XXI tampoco se han convertido en clásicos precisamente. American Pie tiene sus fans y acabó generando toda una franquicia, pero he de admitir que a mí nunca me hizo reír. La mayoría las olvidé al poco de verlas, menos la primera Road Trip (Viaje de pirados) (Road Trip, Todd Phillips, 2000) y Aquellas juergas universitarias (Old School, Todd Phillips, 2003). Y, por supuesto, las películas que más recuerdo de esta época, sobre todo porque me siguen haciendo reír, son las que forman la trilogía protagonizada por Harold y Kumar.
Esta saga arranca con Harold & Kumar Go to White Castle (Danny Leiner, 2004), que en España algún descerebrado decidió titular 2 colgaos muy fumaos. La premisa es muy simple, tras una importante dosis de marihuana, Harold (John Cho) y Kumar (Kal Penn) deciden ir a comer a White Castle (una cadena de hamburguesas americana que desconocía hasta que vi esta película) para saciar su apetito de colocón. Pero lo que tendría que ser un simple viaje se convertirá en una auténtica odisea a medida que los dos protagonistas se vayan en metiendo en situaciones cada vez más demenciales.
Harold & Kumar parece una mezcla entre una comedia de fumetas, la cual el director había traído de vuelta en su anterior película Colega, ¿dónde está mi coche? (Dude, Where's My Car?, 2000), género popular especialmente durante finales de los 70 y durante los 80 del siglo XX por una serie de películas protagonizadas por Tommy Chong y Cheech Marin, y Jo, qué noche (After Hours, Martin Scorsese, 1985). Pero el estilo que predomina es el de la mencionada comedia ochentera, aunque se le añadió un toque social convirtiendo el racismo en uno de los temas principales, tal vez inspirados por el inesperado toque social de Porky's (la gente suele recordar más la escena de las duchas, por lo que sea). Y en ocasiones es más inteligente de lo que parece a primera vista, en detalles como iniciar la película con los que serían los típicos protagonistas de una de estas películas, para luego introducir a los que serán los protagonistas, Harold y Kumar. Una pareja que, es cierto, sigue el esquema clásico de uno ordenado y responsable y otro más caótico y desordenado, pero desarrollados de forma fresca y moderna. También tiene otros detalles que son típicos de la época en que se rodó, como las referencias a la aparición en topless de Katie Holmes en Premonición (The Gift, Sam Raimi, 2000), en su día muy comentada debido a la popularidad de Holmes por la serie de TV Dawson crece (Dawson's Creek, 1998-2003).
Es obvio que mucho de lo que entonces se consideraba aceptable hoy día no lo es tanto, pero al fin y al cabo se trata de una comedia con escenas como la que protagonizan dos chicas que juegan a hundir la flota mientras están cagando con las mierdas que van soltando en el váter, mientras la pareja protagonista se encuentra atrapada en el váter entre ambas jugadoras. Así que, claro, tendrá cosas que algunos considerarán ofensivas, pero es parte del objetivo de la película, hacerte reír mediante momentos chocantes, excesivos y pasados de vuelta. Además, la simplicidad de su argumento permite también desarrollar dramáticamente a los personajes, elevando así la película por encima de otras de estilo semejante pero cuyos protagonistas son insoportables. Una comedia que sigue provocando carcajadas, muy por encima de otros ejemplos contemporáneos del genero.
La primera aventura de Harold y Kumar fue un éxito de taquilla, pero ganó popularidad especialmente mediante el mercado del DVD. Así que cuando los guionistas Jon Hurwitz y Hayden Scholssberg plantearon hacer una secuela a New Line, el estudio quería que la película fuera rodada con un bajo presupuesto para ser estrenada directamente en DVD, un mercado entonces en expansión y que los estudios alimentaban mediante secuelas de baja calidad. Pero la pareja de guionistas, ahora también directores, tenía una visión más ambiciosa para la secuela, de modo que insistieron en que se estrenara en cines. El resultado de taquilla no acabó siendo el que New Line quería, pero la apuesta de Hurwitz y Scholssberg dio sus frutos ya que Dos colgaos muy fumaos: Fuga de Guantánamo (Harold & Kumar Escape from Guantanamo Bay, 2008) es uno de los pocos ejemplos de secuela que está a la altura del original e incluso lo supera.
La película arranca momentos después del final de la anterior película, continuando la acción con Harold y Kumar preparándose para lo que sea que pasa al final de la anterior película (para no destriparlo si no la habéis visto). Pero, por lo que se intuye por el título, Harold y Kumar son tomados por terroristas y llevados a la prisión de Guantánamo. Por un milagro, ambos escapan y arranca así su odisea para demostrar su inocencia.
Las secuelas de comedias de éxito no suelen funcionar. Su principal problema es que intentan recuperar la magia de la primera película intentando recrear los chistes y gags que funcionaron en la primera pero, por norma general, lo único que consiguen es ser repetitivas. Pero algunas funcionan y, en el caso de Fuga de Guantánamo, la gracia está en que no se repiten las mismas situaciones pero de forma exagerada. Lo único que se repite es el cameo de Neil Patrick Harris en una versión desfasada y exagerada de si mismo. Lo que hace la película es mantenerse fiel a la dinámica de la pareja protagonista pero en un tipo de historia distinta a la de la primera entrega, que da pie a distintas situaciones, sin abandonar el humor escatológico, ofensivo y sexual, pero añadiéndole más toques absurdos y delirantes. Lo que también se repite es el toque social, con el racismo como tema de fondo, pero también se burla de la paranoia posterior al ataque a las Torres Gemelas que se vivió en Estados Unidos, lo que hace que la película resulte bastante actual a pesar del tiempo pasado desde que se estrenó, por desgracia, ya que Trump y sus secuaces buscan crear el mismo ambiente tóxico.
Como ya he mencionado, la película no funcionó en taquilla de la misma manera que la primera entrega, pero creo que, debido a como amplia su abanico humorístico y la ambición de la historia, la segunda entrega supera a la primera. Además, en la edición en Blu-ray se incluye una versión interactiva que te permite ver la película como si fuera uno de esos libros de Escoge tu propia aventura, llevando a los personajes por distintas situaciones y escenarios, así que, si no te gusta puedes construirte tu propia versión. Pero creo que esta opción se usará más por la oportunidad de ver más material y escenas alternativas, porque si te gustó la primera, la secuela te encantará ya que va mucho más allá de lo esperado.
Y llegamos a la tercera entrega, Dos colgaos muy fumaos en Navidad (A Very Harold & Kumar 3D Christmas, Todd Strauss-Schulson, 2011). La segunda entrega no fue un gran éxito inmediato, pero fue ganando adeptos con el tiempo y dando beneficios. Lo suficiente para que se pusiera en marcha esta tercera entrega que, además, se apuntaba a la moda del 3D, muy popular entonces.
Harold y Kumar han entrado en la edad adulta, definitivamente. Pero la vida familiar empieza a pesarles, hasta que "accidentalmente" la pareja provoca que se queme el árbol de Navidad del suegro de Harold. Suceso que provoca que la pareja se embarque de nuevo en una odisea para que la familia tenga su árbol de Navidad.
Esta tercera entrega sí que cae en algunos de los errores comunes de las secuelas de comedias. Por ejemplo, el cameo de Neil Patrick Harris es uno de los momentos álgidos en cada una de las anteriores entregas, así que aquí se expande su papel, quitándole la efectividad que tenía en sus anteriores apariciones. Pero no es que la película sea mala, sigue haciendo reír en diversos momentos gracias a la química de los dos actores protagonistas. El problema es que el guion no es tan fresco como el de las anteriores películas, de modo que, en conjunto, no funciona tan bien como las dos primeras entregas. O tal vez sea que, como las dos primeras son tan buenas, esta tercera entrega lo tenía demasiado difícil para estar a la altura. Y para ser justos, comparada con otras secuelas o con otros ejemplos del género, es una comedia tremenda, es solo que no se mide a la misma altura que sus predecesoras.
A pesar de que la tercera sea más floja, esta trilogía (de momento) se ha convertido en un clásico dentro de su género. Lo cual no deja de ser meritorio teniendo en cuenta que no es un tipo de humor que se considere apto para que las películas que lo adopten se tomen "en serio" y que mucha gente siente reparos en admitir que le gusta y le hace reír. Pero yo no tengo esos prejuicios y me parecen grandes comedias (al menos las dos primeras).