La primera película oficialmente dirigida por Mario Bava fue La máscara del demonio (La maschera del demonio, 1960), digo oficialmente porque Bava contaba con una larga experiencia como director de fotografía, operador de cámara y técnico de efectos especiales además de dirigir las películas en las que trabajaba cuando sus directores no estaban pero sin figurar en los títulos de crédito. De hecho, la naturaleza modesta de Bava hace difícil que se haga una filmografía completa ya que en sus películas hacía de guionista y director de fotografía, y otras funciones según que títulos, aparte de dirigir pero no indicaba todas estas funciones en los títulos de crédito.
La máscara del demonio es una película de terror que aún hoy mantiene gran parte de su impacto. Filmada en blanco y negro, los escenarios creados en estudio recrean el bosque de un siniestro cuento de hadas (Blancanieves y los siete enanitos [Snow White and the Seven Dwarfs, David Hand, 1937] fue una gran influencia en el cine fantástico italiano) cuyo aspecto recuerda a los títulos de terror de la Universal de los años 30; la historia y la atmósfera tremendamente gótica recuerdan a los títulos de la Hammer. Todo ello mezclado con la intensidad y destreza visual de un experto con la cámara como Bava.
Desde el arranque del film, en el que vemos como la malvada princesa Asa (Barbara Steele) es condenada junto a su cómplice Igor Javutich (Arturo Domenico) por ejercer la brujería y otras cosas que me da pudor decir; la película te mantiene pegado a la butaca. La condena consiste en clavarle una máscara de hierro que por fuera tiene la efigie de un demonio y por dentro está llena de clavos para después quemarla. Antes de que le claven la máscara, la princesa Asa maldice a sus descendientes amenazando con volver a la vida hasta que todos hayan muerto. La escena en la que le clavan la máscara resulta impresionante.
La película podría encajar dentro del cine de vampiros pero tiene ciertos toques que la hacen única. Para matar a estos seres se les ha de clavar un estaca en el ojo, suponemos que porque por ahí se libera el alma. Además la princesa Asa sorbe la vida de sus víctimas no mordiendo en el cuello sino con un beso en los labios.
Y otro de los motivos principales por los que la película no ha perdido fuerza es la interpretación de Barbara Steele. Su belleza oscura y sensual, especialmente sus grandes y bellos ojos, encaja perfectamente con la malvada Asa a la que otorga una tremenda sensualidad a pesar de tener un aspecto poco erótico, y por otro lado tiene la suficiente inocencia para interpretar también a la descendiente de Asa, la virginal princesa Katia.
La película está llena de detalles morbosos y escenas impactantes que resultan más chocantes aún teniendo en cuenta que fueron filmadas hace 50 años. Por ejemplo cuando se descubre la tumba de Asa y le quitan la máscara se pueden oír unos desagradables ruidos carnosos provocados por los clavos interiores de la máscara; luego se descubre el rostro de Asa extrañamente bien conservado excepto por los huecos oscuros que tiene en lugar de ojos por los que salen un montón de insectos.
En resumen, si os apetece una película de terror intensa y cargada de estilo no dudéis en ver esta obra maestra de lo macabro.
2 comentarios:
La pelicula es muy buena, la verdad, pero creo que no podía haber mejor mujer para interpretarla que Barbara Steele. Es impresionante esta mujer que lo mismo te hace sentir ternura como te mete el miedo en el cuerpo con esos ojazos suyos (que parecen tener vida propia) y esa sonrisa perversa.
Definitivamente, la belleza extraterrestre de Steele es un plus para la película.
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