4 ene 2017

Catch My Soul

 
Es muy posible que esta sea la primera crítica en castellano en Internet de Catch My Soul (Patrick McGoohan,1974). Es muy posible, también, que nunca hayáis oído hablar de esta película, una versión musical del Otelo de William Shakespeare. Todo ello perfectamente normal, ya que hasta hace bien poco, se pensaba que esta película se había perdido y que nadie la vería, aparte de los pocos (muy pocos) que la vieron en los cines a mediados de los 70.

La verdad es que yo tampoco había oído hablar de esta película hasta que Vinegar Syndrome anunció su edición en Blu-ray. Al parecer tuvo la mala suerte de coincidir en cartelera con Jesucristo superstar (Jesus Christ Superstar, Norman Jewison, 1973), que captó toda la atención del público, aunque Catch My Soul precedió en los escenarios a Superstar, pensando que el film de Patrick McGoohan, popular por ser el creador y el prisionero de El prisionero (The Prisoner 1967-1968), era también un film religioso.

Es cierto que el productor y guionista Jack Good, afamado productor musical y televisivo que creó la obra original, añadió diversas alegorías y referencias religiosas y espirituales, pero el centro del argumento es la tragedia de Shakespeare. Othello (Richie Havens) es un predicador ambulante que mantiene una especie de comuna hippie. Los celos que provoca en Iago (Lance LeGault) que Othello ascienda a Cassio (Tony Joe White) antes que a él en la organización, hacen que idee una trama para destruir el matrimonio entre Othello y Desdemona (Season Hubley). Iago conspirará con la ayuda de su mujer, Emilia (Susan Tyrrell). Y, si estáis familiarizados con la obra de Shakespeare, ya sabréis cómo acaba todo.

Como ya he dicho, el film tuvo una efímera vida en las carteleras. Un par de años más tarde de su estreno original, New Line intentó reestrenarla con el título Santa Fe Satan, siguiendo la moda del cine satánico de la época. Comprensiblemente, esta absurda maniobra no funcionó y el film desapareció, sin llegar nunca al mercado doméstico. Solo era un vago recuerdo en la cabeza de aquellos que la hicieron.

Y digo vago recuerdo porque, por la época en que se rodó, el alcohol y las drogas fluyeron con alegría durante el rodaje. Lo que quizá explique su extraña estructura, concentrando la mayor parte de la música en el primer tercio del film.

Si bien tiene algunos momentos algo planos, Catch My Soul acaba siendo un film muy interesante. La banda sonora es excelente, pero visual y dramáticamente esta lleno de momentos impactantes. Destacan las actuaciones de los villanos, LeGault y Tyrrell, la cual siempre resulta memorable. Mantiene un look realista en su mayor parte, pero de vez en cuando sorprendente con algún impacto psicodélico. Así, esta rareza puede que no sea una gran obra maestra redescubierta, pero resulta una película fascinante, toda una curiosidad cinematográfica.


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