5 jul 2016

Pacto de sangre (Pumpkinhead)

El mago de los efectos especiales Stan Winston debutó en la dirección de largometrajes con Pacto de sangre (Pumpkinhead, 1988), una interesante monster movie que sigue funcionando bastante bien hoy día.

Devastado por la muerte de su hijo, Ed Harley (Lance Henriksen) decide invocar al demonio de la venganza conocido como Pumpkinhead para que elimine a los que él cree responsables. Sin embargo, muy pronto Ed descubre que la venganza no es algo tan limpio y sencillo como esperaba.

Es posible que el film hubiera sido más memorable con un director más experto tras la cámara. Winston logra que los efectos especiales y de maquillaje, en particular la criatura, de Pacto de sangre sean realmente fantásticos y no se note el bajo presupuesto. Sin embargo, los aspectos más emocionales y dramáticos, así como la creación de escenas de suspense, no están al mismo nivel.

A pesar de ello, sigue siendo un film bastante interesante y entretenido. En particular por como trata el tema de la venganza y la manera en que el guion presenta a las víctimas. Del grupo que sufre las iras de Pumpkinhead, solo hay realmente un culpable: Joel (John D'Aquino). Es Joel el que atropella accidentalmente al hijo de Ed y hace todo lo posible por impedir que se pida ayuda o llamar a las autoridades. El resto de miembros del grupo de jóvenes intentan hacer lo correcto y son falsamente acusados por un destrozado Ed. Esto hace que el elemento de terror funcione, ya que son víctimas inocentes las que son perseguidas por el monstruo en lugar de personajes que estas deseando ver morir al ser cómplices de la muerte de un niño. Otro detalle interesante es que Ed siente cada vez que Pumpkinhead mata a alguien, lo que le lleva a enfrentarse a la criatura e intentar salvar a aquellos mismos que ha marcado para morir.

El cuidado guion, más las interpretaciones, en especial la del genial Henriksen, más la memorable criatura hacen de Pacto de sangre una monster movie bastante mejor que la media, aunque, como ya he señalado, con un director más experto podría haberse convertido en todo un clásico. Por supuesto, el diseño de la criatura es lo que más resalta (es lo que más se me quedó cuando la vi por primera vez una madrugada en televisión). La ventaja de Winston como director respecto a otros, es que él sí sabía cómo filmar a la criatura para que resultara creíble y efectiva. Algo que no se repitió en las tres secuelas que generó el film.

Pacto de sangre 2 - La maldición de la bruja (Pumpkinhead II: Blood Wings, Jeff Burr, 1993), La venganza del infierno (Pumpkinhead: Ashes to Ashes, Jake West, 2006) y La cólera del infierno (Pumpkinhead 4: Blood Feud, Michael Hurst, 2007) son las tres secuelas estrenadas directamente en vídeo que se hicieron de Pacto de sangre. Ninguna de ellas es particularmente interesante, aunque se recupera al personaje de Henriksen en las dos últimas, ya que se limitan a repetir el esquema de la primera y son, estas sí, típicas monster movies.


2 comentarios:

Bisclavret dijo...

Yo la verdad es que casi no le noto peros a esta película. De hecho, cuando los creadores de Underworld convencieron a los productores de crear a los licántropos usando trajes y animatrónicos en lugar de cgi en su totalidad, les enseñaron partes de esta película.
Es cierto que los efectos especiales prácticos hay que saber como grabarlos, Harbinger down que pretendia revalorizarlos fracasó precisamente por eso, porque puede que los efectos estuvieran bien llevados a cabo, pero la cámara no los acompaña.
La revisitaré pro nto para prestar atención a esos puntos flojos que dices ;)

Raúl Calvo dijo...

Es que para mí tiene cosas tan buenas, que hace que las menos buenas me llamen la atención. Lo cierto es que todos los efectos, tanto prácticos como visuales, hay que saber cómo darles vida. No es tan fácil como parece.