10 abr 2018

Ready Player One para El ritual de Aniquilación

¿Qué tienen en común Ready Player One (Steven Spielberg, 2018), El ritual (The Ritual, David Bruckner, 2017) y Aniquilación (Annihilation, Alex Garland, 2018)? Para el 99% de la población mundial, nada en absoluto. Para mí, son tres películas que esperaba con muchas ganas ya que se basaban en tres novelas que me habían gustado mucho. Y, debido a mi familiaridad con estas novelas, no las he recibido como me habría gustado, con una excepción.

La cuestión es que se deberían juzgar las películas por sí mismas en primer lugar. Se puede discutir luego si funcionan como adaptaciones y hasta que punto son fieles o infieles al material en que se basan. Esa es la teoría. La realidad es que, siendo muy consciente de ello, soy incapaz de hacerlo.

El ritual se basa en una novela de Adam Nevill, un interesante autor de atmosféricas novelas de terror. De las tres que he leído (Apartamento 16, El fin de los días y El ritual), esta es la que más me gustó. Coge una historia simple, no muy original, y la transforma en una terrorífica odisea. Cuando empecé a ver la versión filmada por David Bruckner me entusiasmé. Bruckner inventa un incidente al inicio del film con el que se justifica la tensión entre los protagonistas, sin tener que expandirse en la biografía de los cuatro como puede hacer la novela sin problemas. Era una manera muy inteligente de transmitir el drama de la novela, sin que se pierda la emoción en el traslado a la pantalla. Por ello me decepcionó cuando en la última media hora se aparta del libro para ofrecer algo ya visto cientos de veces en otras películas. Fue especialmente decepcionante, además de por tener presente el final de la novela, por lo bien que había condensado la acción al principio.

El film de Alex Garland se basa en Aniquilación de Jeff VanderMeer, primera entrega de una trilogía. Me lancé a leer la novela cuando leí una crítica que decía que era una mezcla de J. G. Ballard y H. P. Lovecraft, algo que me pareció irresistible. No tardé en devorar el libro para luego pasar a los dos siguientes, que no me gustaron tanto como el primero pero son igualmente una lectura interesante. Cuando supe que Garland se encargaría de adaptar la novela me pareció fantástico, teniendo en cuenta sus trabajos anteriores como novelista, guionista y director. El día que Netflix la estrenó busqué tiempo para verla lo antes posible. Y solo empezar, ya me llevé la primera decepción, cuando vemos un meteorito estrellarse en la Tierra, y explica así la zona X. En la novela, el origen de la zona X es desconocido, por lo menos hasta llegar al tercer libro, y, desde luego, no es la simple y tópica explicación que ofrece Garland. Pero ya marcó la tónica para el resto de la película, que no tenía absolutamente nada que ver con la novela, más allá de utilizar su premisa y algunos elementos de los otros dos libros. Todo lo que hizo que me apasionara la novela había sido eliminado por Garland, reemplazado por detalles, argumentos y escenas que me resultaban ya demasiado familiares. Visualmente tiene sus momentos, pero me fue imposible disfrutarla habiendo leído la novela. No pude desconectar y no me gustó nada la película.

Ready Player One de Spielberg es también una adaptación que se toma un gran número de libertades con el material en que se basa. En la novela, como tiene lugar a lo largo de años, vemos la evolución del protagonista, de rechoncho perdedor a atractivo ganador. Obviamente, la película condensa la acción en unos días, con lo que el protagonista ya empieza siendo el atractivo héroe de la aventura. Otro cambio es que la película adopta la típica narrativa del Elegido, nuestro protagonista es el Único que puede llegar al final, mientras que en la novela se ve superado en muchas ocasiones por el resto de personajes, en particular Art3mis que le pasa la mano por la cara en las siguientes pruebas. Esto también trae consigo que Art3mis pierde mucho en su traslación a la pantalla, convertida al final en otra chica que necesita ser rescatada. Otros cambios, como las pruebas, son comprensibles, ya que hay cosas que leídas funcionan pero que no lo harían en una película. A pesar de los cambios, disfruté enormemente con el film de Spielberg, que regresaba al cine de aventuras que lo convirtió en un mito del cine.

De modo que no se trata de una cuestión de fidelidad. Ready Player One es tan infiel a la novela en que se basa como las versiones cinematográficas de El ritual y Aniquilación. Entonces, ¿qué tiene el film de Spielberg que no tienen los otros dos? Es posible que esto solo funcione conmigo, pero no es tanto ser fiel o infiel como ofrecer una experiencia que sea similar o superior a la ofrecida por la novela. Las alternativas ofrecidas por Bruckner y Garland a lo que encontré en las respectivas novelas adaptadas me supieron a poco, no lograron que me olvidara del libro y aceptara la película por si misma, algo que sí consiguió Spielberg.

Así que tal vez la clave de una buena adaptación no es la fidelidad, sino el saber crear una visión paralela que te condense lo que te gustó de la novela y, al mismo tiempo, ofrecerte algo nuevo. O que te parezca que es nuevo.

0 comentarios: