17 oct 2011

Erotismo para todos los públicos


¿Qué tienen en común Barbarella (Roger Vadim, 1968) y Gwendoline (Just Jaeckin, 1984)? Pues que ambas adaptaban cómics eróticos pero resultaron en películas que son casi para todos los públicos. De hecho, Barbarella está calificada para todos los públicos, por lo menos aquí. ¿Serían hoy calificadas de la misma manera? No lo sé, pero algo me da que no.

El personaje Barbarella nace en 1962 en las páginas de la revista francesa V-Magazine, surgida de la imaginación de Jean-Claude Forest, popular dibujante de portadas relacionadas con la ciencia ficción. Cuando sus primeras aventuras fueron recopiladas en un volumen en 1964, éste se convirtió en un best-seller de forma inmediata (en Francia los cómics están bien considerados, como una parte más de su cultura) y fue traducido a diversas lenguas, aunque en Estados Unidos los desnudos fueron pudorosamente tapados. Este éxito fue seguramente el que animó a Dino De Laurentiis ha realizar una adaptación cinematográfica de las peripecias de esta aventurera espacial. El proyecto fue a parar a manos de Roger Vadim, que puso a su entonces pareja de protagonista: Jane Fonda (antes de convertirse en la reivindicativa Hanoi Jane).

Entre los distintos guionistas que trabajaron en la película destaca Terry Dr. Strangelove Southern. La presencia de Southern deja claro que la película no pretende en absoluto ser un serio espectáculo especulativo de ciencia ficción sino ser una divertida y desmelenada space opera. La película no fue hecha con la intención de ser tomada en serio, así que no deberíais hacerlo.

Hay varios elementos que hacen de Barbarella una maravilla kistch que merece ser revisitada una y otra vez. La música, los decorados y todo el diseño de producción en general, los esperpénticos personajes (sí, Durand-Durand inspiró la banda pop ochentera Duran Duran, todo el mundo lo sabe) y los paródicos diálogos que adornan las más absurdas y ridículas situaciones. Personalmente, uno de las características que más aprecio de esta película es como capta la space opera europea, más fantasiosa y abstracta que la americana, más preocupada en parecer verosímil y muy basada en la mecánica (aunque hay excepciones, por supuesto, en ambos bandos).


La película también destaca hoy día por la abundante cantidad de sexo y de referencias sexuales que contiene, sobretodo teniendo en cuenta, como decía al principio, de que se trata de una película apta para todos los públicos. Claro, no se muestra nada, pero queda claro qué es lo que pasa. Eso sin mencionar la secuencia de títulos de crédito en los que la protagonista hace un strip-tease en gravedad cero en el cual, a pesar de que se intenta tapar partes del cuerpo con las letras, se ve todo lo que hay que verle a la Fonda.

Esto lo comento no como una crítica, todo lo contrario. Crecí en un entorno nudista, así que desde pequeño me acostumbré a ver gente desnuda como algo natural. Más bien lamento que ya no vivamos en una época que tenía tan pocos prejuicios y que parecía mucho más desenfadada en ése aspecto. Barbarella es una película en la que el sexo se presenta de forma humorística y nunca de forma explícita. Desde mi punto de vista, la calificación es acertada.

Desde finales de los 90 se viene comentando el proyecto de hacer un remake de Barbarella. Teniendo en cuenta que el proyecto viene de mano de productoras americanas, me imagino que harían una "actualización" de la película para que la disfrute una audiencia "moderna". Supongo que, en el caso de que se hiciese, significaría una película de aventuras espaciales donde primase la acción. En todo caso, sería una versión desexualizada. La original fue una producción franco-italiana, con lo cual se entiende un poco mejor la manera desprejuiciada en que se presentaba el elemento sexual.

De todas formas, animo a todo el mundo que no la haya visto a disfrutar de esta maravilla con naves de terciopelo, hombres alados y máquinas capaces de matar a golpe de orgasmo.


Gwendoline fue una producción francesa dirigida por Just Jaeckin, director que se había dado a conocer con Emmanuelle (1974) y que dirigió otros clásicos del cine erótico chic como Historia de O (Histoire d'O, 1975) y El amante de Lady Chaterley (Lady Chatterley's Lover, 1981).

La película adaptaba el cómic Las aventuras de la dulce Gwendoline (The Adventures of Sweet Gwendoline), creado por John Alexander Scott Coutts bajo el pseudónimo John Willie (creador también de Los peligros de Pauline, adaptada en forma de serial en 1914). Gwendoline era un cómic abiertamente erótico y sexual, publicado entre mediados de los 40 y 50, centrado en el bondage.

Pero mientras el cómic era algo destinado en exclusiva al público adulto, no lo tengo tan claro con su versión cinematográfica.

He de aclarar, antes de nada, que esta película no me gustó demasiado, me dejó bastante indiferente, pero resulta bastante adecuada para el tema que quería tratar hoy, por eso hablo de ella, pero no la recomiendo.

En Gwendoline hay una total ausencia de sexo, es decir, no se muestra ni se sugiere ningún tipo de relación sexual. Todo el elemento erótico, si se puede calificar de esta manera, es mostrar mujeres ligeras de ropa correteando mientras les caen encima ruinas milenarias. De hecho, si no fuera por algunas escenas violentas, podrían verla niños perfectamente. En Estados Unidos recortaron todos los elementos que podrían ser considerados "problemáticos" y se estrenó como una típica película de acción y aventuras bajo el título The Perils of Gwendoline in the Land of the Yik Yak con un póster que obviamente intentaba aprovecharse del éxito de las aventuras de Indiana Jones:


La película desperdicia la oportunidad de hacer una recuperación de las aventuras pulp y de los seriales clásicos, usando un tono casi infantil en el modo de narrar las aventuras de Gwendoline (Tawny Kitaen) en busca de su padre desaparecido. El escaso talento interpretativo de los actores y actrices no ayuda a la hora de despertar el interés del espectador, así como la total ausencia de carisma por parte del aventurero Willard (Brent Huff).

El resultado final es una cinta que a ratos parece una película de aventuras para toda la familia no muy interesante salpicada ocasionalmente de alguna escena violenta y de alguna mujer en top-less, nada peor de lo que se puede encontrar cualquiera en una playa normal y corriente.

9 comentarios:

Javier Simpson dijo...

La verdad es que nunca me tiró ninguna de las dos, aunque Barbarella sea ya poco menos que un clásico; pero ahora leyendo tu post tal vez me atreva con ella; puede que esté divertida y esa falta de seriedad no le quede mal.
Un saludo, Raül. Parece que este año Sitges fue fuerte.
Otra cosa, que se me pasaba, Donnie Darko, de la que hiciste una entrada no hace mucho, está muy muy bien. Una agradable sorpresa.
Ciao.

Raúl Calvo dijo...

Javi, Gwendoline ya digo que no me gustó y no la recomiendo, pero Barbarella definitivamente merece un visionado. Me alegro que Donnie Darko te gustara, y dependiendo de la interpretación que hagas de la película el montaje del director te gustará más o menos, como ya comenté en el post. Saludos.

Dr. Gonzo dijo...

Mira que conozco Barbarella desde que era casi un crío, pero oye, no consigo hacer ganas de verla.

Apoyo lo dicho sobre Donnie Darko. Para mí, una de las mejores películas de ciencia ficción junto con Dark City (de la que tengo que hacer una reseña en mi blog)

Sobre Sitges, pues si, por lo que he leído por ahí se ve que este año ha estado de lujo, y Extraterrestre, de Vigalondo, ha tenido una acogida más que notable ¡Envidio a todos esos que ya la han visto!

Raúl Calvo dijo...

Tanto Donnie Darko como Dark City mejoran bastamente en el montaje del director, especialmente Dark City, como ya comenté en su momento en sus respectivos post. El comentario sobre Sitges no sé a qué viene porque no lo había mencionado para nada, pero bienvenido sea. Yo paso bastante de festivales y todo ese rollo. Extraterrestre no tengo ninguna particular ansía de verla, ya que la anterior película de Vigalondo me pareció muy predecible y normalita.

Javier Simpson dijo...

Yo me bajé una de internet, pero no sé si era la que montó el director. De cualquier manera merece mucho la pena.
Ya sabes lo que opino de los diferentes montajes que se hacen de una misma peli, que la original es la que se estrenó en el cine en su momento, eso no quita el que haya montajes que suban la calidad de la peli y la hagan mejor, o la estropeen, pero la genuina es labor de todos un poco, y ese grupo (productor, director, guionista, productor ejecutivo o quienes tengan la capacidad y el poder de elecciòn) son los que deciden qué producto lanzar al mercado.
Un saludo.

ATTICUS dijo...

Me quedo con Jane Fonda es una de mis actrices favoritas y divas dde fuera de los clasicos de los años dorados.
Barbarella no es que sea una maravilla,pero tiene algo que se deja llevar,aunque lo que mas destaca son los modelitos de Jane.

Raúl Calvo dijo...

Javi, no puedes generalizar en este aspecto. Hay películas que son ciertamente resultado de un trabajo de grupo, hay películas que pertenecen por entero al productor que es el que junta el equipo para hacerla y hay cosas, como Donnie Darko, donde son películas personales escritas y dirigidas por una persona. Seleccionar únicamente la película estrenada en cines como la original no me parece un criterio muy estudiado. Por ejemplo, dudo mucho que vieses la versión estrenada en cines de Cleopatra (a no ser que rondes los 60 años) y la única versión disponible en la actualidad es la extendida, que se acerca más a la intención original del autor. Lo mismo sucede con otros clásicos restaurados como las películas de Sergio Leone o Sam Peckinpah. Porque muchas veces lo que se estrena en cines no es la versión en la que todos están de acuerdo, sino la que el estudio impone (estudio que no participa creativamente en la creación de la película).

Atticus, Jane Fonda fue una actriz bastante interesante, hasta que poco a poco fue perdiendo encanto y acabó haciendo vídeos de aerobic.

Einer dijo...

Sólo he visto Barbarella y me parece bastante mala. Tiene momentos, pero en general me parece una peli muy hortera y tremendamente aburrida. De hecho, me costó dios y ayuda no apretar el botón del fast-forward.

Raúl Calvo dijo...

Bueno, lo fascinantemente hortera que es la película es una de las razones por las que me gusta. En cuanto al resto, simplemente no coincidimos.