4 jul 2012

Ellos viven. Nosotros dormimos.


En el clásico moderno de la ciencia ficción Están vivos (They Live, John Carpenter, 1988), Carpenter utilizó motivos del género presentes desde los años 50 para crear una película moderna que satirizaba la América de la Era Reagan. Por desgracia para nosotros, el film es tan relevante hoy día como en el momento en que se estrenó.

Los 80 se caracterizaron por la llegada de los yuppies, una nueva raza de economistas y brokers que alimentados una ambición sin límites no tenían problemas en apuñalar por la espalda a los compañeros para conseguir su objetivo final: obtener cuantas más riquezas y beneficios fuera posible. Las consecuencias de esa actitud las estamos viviendo todos ahora. Hace poco emitieron un documental en la televisón autonómica catalana que giraba en torno al timo de las acciones preferentes, una de las víctimas era una niña pequeña a la que el banco había dejado sin el dinero que había heredado de su abuela. Lamentablemente, el banquero HDP que le robó el dinero a la niña no era un extraterrestre malvado sino un tipo muy humano.

La avaricia desatada y maldad intrínseca de los yuppies fue tratada de diferentes maneras por el cine hacia finales de los 80. En comedias románticas como Armas de mujer (Working Girl, Mike Nichols, 1988), dramas del estilo de Wall Street (Oliver Stone, 1987) y thrillers como Ejecutivo ejecutor (A Shock to the System, Jan Egleson, 1990) (me centro ahora en películas del periodo, pero por supuesto no podemos olvidar American Psycho [Mary Harron, 2000]). Pero como suele ser habitual fue la ciencia ficción la que mejor supo poner el dedo en la llaga, con películas como Robocop (Paul Verhoeven, 1987) y la que nos ocupa hoy.

Carpenter estaba finalizando su periodo más fructífero y acababa de terminar la estupenda El príncipe de las tinieblas (Prince of Darkness, 1987) cuando empezó a trabajar en la adaptación del relato Eight O'clok in the Morning de Ray Nelson. Este cuento de Nelson cuenta como tras despertar de una sesión de hipnosis, George Nada puede ver a los Fascinadores, una raza alienígena que mantiene dominada la raza humana mediante mensajes subliminales e hipnosis. El relato fue originalmente escrito en 1963, muy adelantado a su tiempo, por desgracia el relato es muy breve y no llega a explotar y explorar la historia como se merece la intrigante premisa. El guion de Carpenter (escrito bajo el pseudónimo Frank Armitage) sí que desarrolla a fondo los elementos de la historia y añade además varios de cosecha propia.

Curioso póster francés de la película. La imagen es prácticamente la misma usada en el póster de Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13, John Carpenter, 1976), añadiendo simplemente detrás la efigie extraterrestre. Fue en Francia donde Carpenter fue saludado como un nuevo autor gracias a Asalto, ya que en su país natal este director clásico fue considerado siempre un segundón. Algo así como el Woody Allen del cine fantástico.

La película se inicia no con un motivo de ciencia ficción, sino del western, cuando nuestro protagonista, un Hombre Sin Nombre encarnado por Roddy Piper que en los títulos de crédito es llamado simplemente Nada, llega a la ciudad en busca de trabajo. Acaba compartiendo trabajo y vivienda con los habitantes de un campamento de barracas. Todo sigue la misma desgraciada rutina de siempre hasta nuestro protagonista consigue unas gafas de sol muy especiales: le permiten ver el mundo tal y como realmente es. Y la realidad es que estamos dominados por una raza extraterrestre que nos mantiene a todos anestiados con la ayuda de unos cuantos corruptos humanos.

Siendo honestos, Están vivos no es perfecta. La escena de la pelea entre Piper y Keith David se hace muy larga y algo pesada, en algunos puntos falla el ritmo y los one-liners de Piper parecen algo fuera de sitio aunque no dejen de tener gracia, especialmente el ya clásico:

He venido a mascar chicle y patear culos. Y se me ha terminado el chicle.

Frase que aquellos que hayan visto la película doblada, junto con otras del estilo, no oyeron ya que en el pobre doblaje castellano fue sustituida por:

Encomendad vuestra alma al creador. He venido a aniquilaros. Porque ya estoy hasta las pelotas.

Dejando de lado destrozos del doblaje,  el resto está tan bien solucionado que los pequeños fallos de Carpenter no tienen demasiada importancia. Especialmente brillante resulta el inicio, donde poco a poco se van dando indicaciones y pistas, creando una atmósfera de opresiva paranoia muy adecuada a la historia. La construcción de esta atmósfera culmina con la genial escena en la cual Piper se pone las gafas por primera vez y hecha un primer vistazo a su alrededor. Dólares en los que se lee "este es tu Dios"; anuncios por todas partes donde se lee "consume", "obedece", "mira la TV" y, por supuesto, la repetición de estos mensajes a través de la televisión e incluso los semáforos.

Fantástico nuevo póster creado por Shepard Fairey para una proyección reciente de la película.

Entonces se entra en la dinámica de rebeldes contra extraterrestres, pero los toques de sátira continúan a lo largo del metraje hasta el final. Carpenter había utilizado la sátira política y social en la primera aventura de Snake Plissken y volvería a hacerlo en la segunda, pero es aquí donde creo que está más acertada. Además, la película también funciona en los aspectos de pura ciencia ficción, en los que domina un regusto clásico habitual en el cine de Carpenter, reciclando los motivos que reinaban en las películas que seguían el tema "están entre nosotros" tan populares en los 50.

Un clásico indispensable, especialmente en los tiempos que vivimos, que imagino todo el mundo conoce. A aquellos que no la conozcan, les recomiendo que vean esta película para disfrutar de un clásico que no sólo no ha envejecido, es que es más actual que nunca.

6 comentarios:

Dr. Gonzo dijo...

Soy muy Carpenterniano, que conste, pero la primera (y única) vez que vi esta película no me gustó nada. Me pareció una gran idea desprovechadísima. No obstante, estoy casi seguro de que con un revisionado ganará mucho.

Raúl Calvo dijo...

Si la viste doblada, mírala en VO porque como puedes leer en el post cambiaron profundamente los diálogos, además de que el doblaje es muy, muy malo. Dale otra oportunidad en VO.

Evil E. dijo...

Siempre me ha gustado esta peli, pero poner de protagonista a Roddy Pipper "El Gaitero" fue un error de casting colosal. Con lo bien que lo habria hecho Kurt Rusell.

Raúl Calvo dijo...

Sí, Roddy no es que sea un gran actor precisamente.

Unknown dijo...

Roddy Pipper fue elegido por Carpenter por su vida que era parecida en su pasado al personaje, por eso se arriesgo a poner en esa epoca a una persona que no era actor profesional, hoy en día hasta en películas de Hollywood se ven actores amaters y Carpenter se adelanto a su tiempo. Sobre lo larga que se hizo la pelea fue a propósito, Carpenter busco ese efecto duradero porque en realidad esa persona debía cambiar su realidad es el romper con una mentira de la que dependemos para vivir. Sacar a ese individuo que cree en algo que es una mentira. En este caso que unos extraterrestres dominan a los humanos.

Raúl Calvo dijo...

Bueno, en realidad lo de actores amateurs o haciendo en cierta forma de sí mismos se empezó a hacer en los años 60 con el cine verité. Hollywood lo hizo ya en Bullit a finales de los 60 y William Friedkin también tenía costumbre de poner policías haciendo de si mismos en sus películas, en los 70 y 80. Soy perfectamente consciente de que Carpenter hizo a posta la pelea así de larga, él y Roddy Pipper lo comentan en el audiocomentario de la cinta, pero eso no quita que se haga larga. De todas maneras, Carpenter es uno de mis directores favoritos y eso no impide que disfrute enormemente con todas sus películas.