Estrenada en 1960, Ojos sin rostro (Les yeux sans visage) se ha convertido en un clásico indiscutible no sólo del cine de terror sino también del cine en general. Dirigida por Georges Franju, contó con un guión definitivo de los escritores Boileau-Narcejac, conocidos por ser los autores de las novelas originales en que se basaron Las diabólicas (Les diaboliques, Henri-Georges Clouzot, 1955) y De entre los muertos (Vertigo, Alfred Hitchcock, 1958), y que adaptaron una novela de Jean Redon.
Franju nos cuenta la historia de un cirujano, el doctor Génessier (Pierre Brasseur), que ayudado por su asistente Louise (Alida Valli) secuestra jóvenes muchachas a las que usa para devolver el rostro a su hija Christiane (Edith Scob). Nos la cuenta usando un estilo frío y científico para las escenas de las operaciones que hacen que resulten inquietantes ya que recuerdan a las filmaciones científicas de operaciones de cirugía. Es un realismo que hace que resulte mucho más efectiva que de haber caído en el habitual escenario gótico al estilo Frankenstein muy de moda en aquella época. Éste acercamiento científico y realista contrasta con el lirismo y la poesía usados en otros momentos de la película, especialmente los relacionados con la desgraciada Christiane.
Como ya he mencionado, Franju evita los lugares comunes del cine gótico y de las películas con mad doctors. El doctor Génessier es muchas cosas pero desde luego no está loco. Actúa de forma fría continuamente pero está impulsado por la culpa, ya que él fue el responsable del accidente en el cual su hija pierde el rostro, y también por otras emociones más ambiguas. Es posible que los sentimientos hacia su hija vayan más allá del amor de un padre por su hija. Al mismo tiempo, en diversas ocasiones trata a la hija como una paciente más, una cobaya. El papel de Christiane también resulta interesante. Se siente inmensamente desgraciada por haber perdido su rostro, no confía que su padre le restaure su belleza, y al mismo tiempo siente remordimientos y culpa por las acciones que su padre lleva a cabo para devolverle la cara. También, cuando se ve con cara de nuevo no puede evitar sentirse feliz, aunque esa felicidad sea breve.
Es la intervención de Boileau-Narcejac seguramente la que hizo que la película se centrara más en Christiane y su relación con su padre, ya que estos escritores siempre mostraron preferencia por las víctimas antes que por los asesinos. Por otro lado, el resto de personajes que normalmente serían protagonistas y héroes, como los policías que investigan el caso o el prometido de Christiane, no dejan de ser personajes secundarios incapaces no sólo de desentrañar lo que sucede sino que además ponen otras vidas en peligro.
En definitiva, una interesante y bella película. Se hablaba hace un tiempo de que Versus iba a editarla en España en DVD pero de momento no tengo más noticias. Yo tengo la edición de Criterion que como es habitual es muy buena.
2 comentarios:
Ciertamente esta peli es una belleza, aunque parece que no es demasiado conocida fuera del circuito de terror frances.
Si me quedo con algo es con los planos de la casa, muy bien fotografiados, con una camara que se mueve sutilmente y nos enseña los recovecos de esa mansion. Y por supuesto con el plano final con las aves
Sí, es curioso como los planos que mencionas, de gran belleza plástica, contrastan con los clínicos y realistas de las operaciones.
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