8 feb 2011

Al final de la escalera (The Changeling)

No sé vosotros, pero a mi me gusta comer variado. Hay veces que me apetece algo de fast-food, atiborrarme con una hamburguesa, patatas y refresco o un shawarma y quedar rápidamente lleno y satisfecho; algo como la película que comentaba ayer: Los ritos sexuales del diablo (José Ramón Larraz, 1982). Otras veces me apetece ir a un restaurante de lujo y deleitarme con un plato que convierte la comida en arte; algo como Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976). Y otras veces simplemente me apetece descubrir algo tan sencillo como buen restaurante, el tipo de sitio que tal vez no es muy popular y que descubres paseando con alguien que te gusta. El tipo de lugar que te sorprende con platos originales y diferentes; algo como Al final de la escalera (The Changeling, Peter Medak, 1980).

Esta modesta y humilde producción canadiense ha adquirido en la actualidad un estatus de clásico dentro del cine de terror, pero en el momento de su estreno fue lo que los americanos denominan sleeper: producciones independientes o de bajo presupuesto que sin una gran campaña de marketing o el apoyo de un gran estudio se convierten en éxitos de taquilla por la sencilla razón que se mantienen durante mucho tiempo en cartel gracias al boca-oreja.

Yo la descubrí cuando tenía once años, sin saber nada de ella aunque ya tan temprana edad tenía costumbre de comprarme revistas y seguir el género atentamente. Fue durante una emisión nocturna por televisión. Y, lectores y lectoras, cuando vi esta película de noche, solo en el comedor de casa, os aseguro que me cagué de miedo.

La película cuenta la historia de John Russell (George C. Scott), un profesor de música que, tras perder a su esposa y su hija en un accidente de coche, se va a vivir a una histórica mansión. No pasa mucho tiempo hasta que una serie de extraños fenómenos hagan sospechar a John que hay otra presencia viviendo con él en esa casa.

Uno de los grandes méritos del director es que consigue crear escenas cargadas de miedo y suspense empleando elementos sencillos como una pelota de goma o una silla de ruedas vacía. Esto funciona porque el espectador llena los huecos, creando sus propias imágenes. Y ese es el tipo de película que a mi me da miedo, no me afectan las de sangre y tripas, pero las películas en las cuales se estimula la imaginación del espectador consiguen siempre inquietarme. Tal vez porque tengo demasiada imaginación, algo de lo que se me ha acusado en diversas ocasiones.

La trama está contada de forma sobria y elegante, con los momentos justos de impacto, sin abusar de los recursos para que no se diluya la tensión. Hay una interesante mezcla de elementos clásicos de las historias góticas de fantasmas mezclados con elementos modernos. Es esta amalgama de elementos clásicos y modernos la que la a convertido en clásica y película de referencia dentro del cine de terror. Viéndola en la actualidad una puede apreciar realmente cuan influyente ha sido en posteriores películas del género. Por ejemplo en The Ring: El círculo (Ring, Hideo Nakata, 1998), la original japonesa, vemos que aspectos de la trama así como el estilo sobrio de presentar los elementos sobrenaturales está sacado de Al final de la escalera.

Personalmente encuentro tremendamente satisfactorio el hecho de que es una película de miedo que da miedo usando situaciones inquietantes que están integradas dentro de una historia y que suceden de manera orgánica. Al contrario que, por ejemplo, la otra película de casas encantadas que se estrenó ese año, El resplandor (The Shining, Stanley Kubrick, 1980). Kubrick hizo una exhaustiva investigación en diversos libros de psicología para averiguar que imágenes resultaban más inquietantes y perturbadoras en una persona. Luego, cogió esas imágenes y las incluyó en la película. Por eso, a pesar de estar muy bien considerada y ser un clásico y demás, a mi no me parece que El resplandor sea una buena película de terror en el sentido que las imágenes que resultan inquietantes lo serían igualmente si las vieras fuera de contexto, no porque el marco de la historia resulte perturbador. Por el contrario, Al final de la escalera tiene un argumento que funciona y unos personajes que hacen que la historia cobre vida de manera que se nos haga más real.

No sé como afectará a los espectadores actuales, después de ver películas como las de la serie Saw o después de que los aciertos de Al final de la escalera hayan sido copiados e imitados por otras muchas películas. Personalmente, cada vez que me pongo a verla siento el mismo escalofrío bajarme por la espalda y me da el mismo miedo que cuando tenía once años.

10 comentarios:

Dr. Gonzo dijo...

Yo la vi recientemente y la verdad, miedo lo que se dice miedo, no me dio. Y dudo mucho toparme con alguna película que consiga acojonarme que no conozca ya.

Por lo demás, Al final de la escalera está llena de buenos momentos y, tras visionarla, uno se da cuenta de como ha influenciado en mayor o menor medida al cine de terror, ya sea al recientemente posterior a esta pelicula, o al mas contemporáneo.

Raúl Calvo dijo...

Sí, es lo que menciono al final del post, que para audiencias actuales que estén ya muy curtidas es difícil que tenga el mismo efecto que tuvo en una época más "inocente".

También depende de lo que a cada uno le afecte más. Conmigo funciona, en cambio películas como A Serbian Film o Hostel no me afectan aunque las "disfruto", ya que me meto en la película y dejo correr la imaginación.

Einer dijo...

Yo la vi hace algún tiempo y no me dió precisamente miedo, pero es lo que dices, hoy en día es más difícil que tenga el mismo efecto. También te digo, yo la vi de día y eso para una peli de este estilo es imperdonable. La tengo pendiente para volver a verla solo y de noche, que a lo mejor cambia la perspectiva.
Por cierto, George Scott me parece uno de los mejores actores de la historia.
Un saludo.

Javier Simpson dijo...

Muy buena la comparación gastronómico-cinéfila que has hecho entre distintos tipos y géneros de cine. A mí me ocurre una cosa muy similar.
Esta peli es una gran peli de terror. No llega a lo que es El resplandor, en mi humilde opinión, pero es de ls grandes clásicos modernos del género que influyó en otras muchas en los años siguientes. A Amenábar, según él, le influyó mucho en su película Los otros, también muy destacable, y muy clásica en su dirección. Buena entrada, Raül.

Raúl Calvo dijo...

Einer, ver esta película de día creo que va contra la ley. ¡Ten cuidado y que no se repita!

Y yo también creo George C. Scott es uno de los mejores actores de la historia.

Javi, no te diré lo que me parecen las películas de Amenábar por si hay niños leyendo pero ya te digo que no es nada bueno. Pero al menos coincidimos en que esta película es muy buena.

ATTICUS dijo...

A mi esta pelicula me resulto como esos platos que no conoces pero que te apetece probar porque sus componentes le daban una puntuacion alta,y bueno resulto que me gusto que lo volveria a probar sin problema,pero no era lo que esperaba,aunque utiliza ingredientes de alto nivel.

Raúl Calvo dijo...

Con los sabores nuevos a veces pasa que uno lo ha de probar más veces para encontrarle el gusto.

japobes dijo...

Hace mucho de ésta reseña pero ahí va.
Es una pena que semejante peliculón no esté editado con un mínimo de calidad de imagen. Creo que circula por ahí una versión en Hd. Alguien puede contar si tiene dicho Blu-ray y si se aprecia mejora en la imagen?
Gracias

Raúl Calvo dijo...

Me alegra poder decirte que hace nada Second Sight ha editado una fantástica edición en Blu-ray con gran calidad de imagen, audio 5.0, un buen número de extras, un libreto con artículos sobre la peli, un póster y la banda sonora en CD. Eso sí, solo tiene subt en inglés para la peli. Si eso no es problema es una edición fantástica para los fans de Al final de la escalera. La puedes encontrar en Amazon.uk

japobes dijo...

Pues era (supongo) para muchos una edición muy esperada desde hace años. Cojonudo. Otra cosa es que los que no sabemos inglés tengamos que esperar a que la editen en castellano, y mucho me temo que aquí será sin contenidos extra ni nada de eso...