26 abr 2013

Monstruos ayer y hoy


Desde hace tres semanas, en Axn emiten los jueves por la noche Hannibal, serie creada por Bryan Fuller que muestra la relación entre Hannibal Lecter (Mads Mikkelsen) y Will Graham (Hugh Dancy) antes de los eventos narrados por Thomas Harris en El dragón rojo.

La zíngara y los monstruos (House of Frankenstein, Erle C. Kenton, 1944) es una de esas películas que unía varios monstruos que la Universal empezó a realizar cuando se le acababan las ideas sobre qué hacer con sus estrellas monstruosas, además de ser una especie de secuela de Frankenstein y el Hombre Lobo (Frankenstein Meets the Wolf Man, Roy William Neill, 1943).

Serie y película tienen en común que ayer vi las dos cosas. Primero, para pasar el rato, me puse a ver House of Frankenstein que es una película tan entrañable como corta, dura unos 67 minutos. Después disfruté con Hannibal, una fantástica serie que me tiene completamente enganchado tras solo tres episodios (hoy repiten el de ayer, por si no lo visteis) y que me ha sorprendido por su calidad e interés, ya que era bastante escéptico respecto al proyecto, parecía simplemente otra manera de exprimir el personaje.

Ver las dos cosas seguidas me hizo reflexionar sobre los monstruos, cómo eran representados en los clásicos y cómo son representados ahora. No tanto sobre lo que tienen de diferente sino lo que tienen en común.

Ahora bien, si estáis esperando uno de esos artículos sobre que antes se usaba más la imaginación y todo era más inocente y mejor, que ahora es todo sangre y obviedad y ya no es lo mismo, pues me temo que os vais a llevar una decepción. Sí, me encantan las películas de la Universal y de terror clásicas pero también me gustan mucho películas actuales. Son diferentes, está claro, porque son tiempos diferentes, pero para mí eso no significa que unas sean mejores que otras.

Y lo cierto es que tampoco son tan diferentes.

House of Frankenstein no tiene mucho de terror, pero porque es un film en el que los protagonistas son los monstruos. Hay diversos momentos en que se muestra una clara simpatía por las criaturas de la noche, siendo los humanos "normales" simples añadidos de fondo.

En el film, el doctor Niemann (Brois Karloff) y el jorobado (literal y figuradamente) Daniel (J. Carroll Naish) se escapan de prisión y, tras asesinar a sus propietarios, viajan camuflados en unas carretas que transportan una cámara de los horrores. En la primera mitad del film, Niemann resucita a Drácula (John Carradine) para que se vengue en su nombre, luego abandona al pobre vampiro mientras huye. Lo interesante para nosotros ahora es lo que sucede en la segunda mitad de la película.

Niemann y Daniel van en busca de los archivos del fallecido doctor Frankenstein para seguir con sus diabólicos experimentos. Cerca de las ruinas del castillo de Frankenstein se topan con una feria gitana. Ilonka (Elena Verdugo) es apalizada por su jefe allí, pero Daniel la salva después de haberse enamorado de ella al verla bailar, a lo jorobado de Notre Dame. Ilonka se une a lo que ella cree son un par de feriantes, sin saber que se trata de asesinos. Niemann y Daniel encuentran al Hombre Lobo, Larry Talbot (Lon Chaney Jr.), y a la criatura de Frankenstein (Glenn Strange) congelados tras su pelea en su anterior desventura juntos. Talbot y la criatura son descongelados. Niemann le asegura a Talbot que puede encontrar una cura para su maldición, así que Talbot decide ayudar al doctor.

En este punto del film se produce un triángulo amoroso entre Daniel, Ilonka y Talbot. El jorobado Daniel, a pesar de ser un asesino, inspira cierto patetismo por su desesperado amor por Ilonka. Ilonka se horroriza cuando descubre que el hombre que ama es un licántropo y hará lo posible por salvarlo. Talbot desea librarse de la maldición para no hacer más daño y no se atreve a mostrar sus sentimientos por Ilonka ya que teme que el monstruo que lleva dentro la mate. Por su parte, la criatura de Frankenstein no tiene ningún papel en este triángulo pero tampoco hace nada en la película en general, actúa como un niño pequeño y poco más.

Como veis, es un film más trágico que aterrador. Los monstruos son representados con cierta simpatía, especialmente el pobre Talbot. Los monstruos ya llevaban mucho tiempo acechando a los espectadores, así que ya no daban el mismo miedo que en sus primeras películas, pero eso no significaba que la gente dejase de ir a verlas. Todo lo contrario, seguían disfrutando de las andanzas de los monstruos porque sus simpatías estaban con ellos.

Esto es algo parecido a lo que sucedió con los monstruos modernos a partir de mediados de los 80. Jason Voorhees y Freddy Krueger se convirtieron en estrellas, aplaudidos por el público que esperaba ansioso cada una de sus nuevas masacres. Y lo mismo se puede decir de Hannibal Lecter, desde su increíble primera aparición en Hunter (Manhunter, Michael Mann, 1986).

El doctor Lecter se convirtió rápidamente en un favorito del público. Algo que no se escapó de la atención de la productora del fallecido Dino de Laurentiis, que, con la complicidad de Thomas Harris a través de sus novelas, no tardaron en ofrecer víctimas que el público deseaba ver muertas a Lecter, igual que sucedía con Jason y Freddy. Los De Laurentiis han estado detrás de cada una de las películas del doctor caníbal y también de la nueva serie de televisión. Y si bien es cierto que la última película que ofrecieron sobre el personaje no fue todo lo buena que podría haber sido, se han redimido completamente con esta fantástica serie de televisión.

En Hannibal, cada semana se nos introduce en un absorbente e hipnótico mundo de monstruos muy reales. Ya no son monstruos creados a partir de oscuros experimentos o víctimas de antiguas maldiciones, sino personas que parecen, en apariencia, completamente normales pero que en realidad son seres sedientos de sangre. Y como guías en este mundo oscuro tenemos a Will Graham, a un paso de ser un monstruo él mismo si no tiene cuidado, y al doctor Lecter, el más terrible de todos los monstruos.

La interpretación de Mikkelsen está, por suerte, más cerca de la que hizo Brian Cox que del grand guignol de Anthony Hopkins, lo cual contribuye a que el tono de horror de la serie sea muy efectivo. Al igual que sucedía en los mash-up de monstruos de la Universal, el monstruo, Lecter, es la estrella. La diferencia entre lo que sucedía en los clásicos de la Universal y ahora es... Bueno, creo que no hay diferencia. En las películas de la Universal no se oculta el hecho de que el Hombre Lobo mata a inocentes, aunque sea bajo el influjo de la bestia. Igual que no se oculta el hecho de que Lecter es un asesino psicópata caníbal, de hecho es lo que le hace atractivo.

No somos tan diferentes ahora del público de hace 70 o 60 años. Los monstruos no han perdido su atractivo místico. Nos sigue seduciendo fantasear con el lado oscuro, dar rienda suelta a nuestras más macabras fantasías desde la seguridad que nos da la oscuridad de una sala de cine o el salón de nuestro hogar.

O tal vez sigo siendo un niño inmaduro al que vuelven loco los monstruos. Si es así, espero no crecer nunca. Amo los monstruos.


Podéis encontrar la entrañable y fantástica La zíngara y los monstruos en DVD.


Y no os perdáis la no menos fantástica y perturbadora serie Hannibal, los jueves en Axn.

4 comentarios:

Mario Salazar dijo...

Apuntada desde luego, me encanta el monstruo de frankenstein, el hombre lobo y drácula. De chico tenía fascinación por los hombres-lobo. Me veía todas de él. También he sido fan de pesadilla en elm street, hasta he visto la serie de tv, y me gusta viernes 13 pero he visto salteadas. Después me parece una obra maestra el silencio de los inocentes. No soy de series pero me gusta el danes, es un gran actor, quiero verla (¿en qué canal de cable se ve?)Un abrazo.

Raúl Calvo dijo...

En España se ve en el canal Axn, fuera no se emite. Creo que en Estados Unidos es la NBC. Es una serie estupenda y muy recomendable. Saludos.

cessione del quinto dijo...

Y a quien no le gusta los monstruos,creo que es un morbo que el ser humano lleva en el ADN ,a mi me encantan al igual que tu sean los antiguos que los modernos.Un abrazo

Raúl Calvo dijo...

Cessione, es que todos somos un poco monstruos, en mayor o menor medida. Un abrazo.