Este es el fin
Hermosa amiga
Este es el fin
Mi única amiga, el fin
De todos los planes que hicimos, el fin
De todo lo que hay, el fin
Ninguna seguridad o sorpresa, el fin
Nunca miraré en tus ojos de nuevo
Jim Morrison, The End
1
Después de ver por primera vez Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979) me sentí aturdido y entumecido. Tenía doce años, era verano, y era la primera vez que veía una película que iba más allá del entretenimiento o de un moderado sentido estético o artístico. La película de Coppola trataba temas de la experiencia humana en los cuales mi joven mente no había entrado jamás. A los doce años no piensas sobre la muerte porque eres inmortal. Cuando tienes doce años la muerte es algo que le pasa a los demás, cuando son viejos, muy viejos.
Tras acabar de ver la película me quedé completamente obsesionado con ella. Igual que con La cosa (The Thing, John Carpenter, 1982), empecé a acumular distintas ediciones de la película a medida que iban saliendo: la edición en vídeo (un estuche con dos cintas VHS), la primera edición en DVD que sacó la Paramount, la edición de la versión extendida que sacó Manga Films, la edición especial americana The Complete Dossier y la última edición en Blu-ray. Pero no os voy a aburrir con datos e historias que, si os interesa la película u os habéis comprado alguna de las distintas ediciones, ya sabéis. No os voy a aburrir hablando de como esta película es un gran alegato contra la guerra. Tiene un buen ritmo y se puede bailar, pero para mí Apocalypse Now es mucho más que un film antibélico. Apocalypse Now, para mí, trata sobre la locura y la muerte.
Antes de ver Apocalypse Now ya era un fan de los Doors. Mis padres tienen una considerable colección de discos de rock de cuando eran jóvenes, así que crecí escuchando rock and roll de los 60 y 70. Y los Doors me apasionaban, así que, cuando empecé a ver Apocalypse Now con The End sonando de fondo, ya me di cuenta de que la película se iba a embarcar por territorios desconocidos. Como escribían en los antiguos mapas, en las zonas sin explorar, "aquí hay monstruos".
Originalmente, Jim Morrison escribió la letra como una canción sobre romper con una chica, pero, a medida que la fueron interpretando en conciertos, empezó a evolucionar y crecer hasta convertirse en una canción sobre la muerte, sobre romper tabús, Edipo y mil cosas más que se pueden interpretar. De breve canción a épica de doce minutos (quince o veinte en las versiones en directo). Una evolución parecida a la que experimentaría la película: el planeado film de acción y aventuras evolucionó para convertirse en una épica, una de las mejores películas de la historia del cine.
2
Uno de los aspectos más interesantes que trata Apocalypse, para mí, es la locura. O, mejor dicho, lo seductora que puede ser la locura. Este tema ya aparece en la novela de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, en la cual se basa la película.
En la novela, Marlow es el capitán de un barco de vapor al que le mandan ir río Congo arriba con una doble misión: recoger marfil y al encargado del marfil: Kurtz, que parece ser está enfermo. Cuando, finalmente, llega al campamento de Kurtz, descubre que éste se ha convertido en una especie de deidad para los africanos y ha sucumbido a la locura. Una locura que hace que haya adornado el exterior de su casa con cabezas cortadas clavadas en estacas.
La novela es una critica del colonialismo, pero también ilustra lo seductor que debe ser dejar de lado las constricciones de la civilización y dar rienda suelta a los más primitivos instintos. El contacto con los "salvajes" africanos hace que Kurtz acabe por dejar de lado cualquier rasgo civilizado que pudiera tener. Del mismo modo, Marlow se ve afectado por la presencia de Kurtz y, alejado de toda civilización, empieza a ver a Kurtz de la misma manera que lo ven los africanos. Las últimas palabras de Kurtz, "el horror, el horror", le dejaran marcado de por vida.
En su adaptación de la novela, John Milius sustituye África por Vietnam, pero los temas son los mismos. Milius incorpora además otra fuente para estructurar la película: La Odisea de Homero. Así, la escena de las conejitas de Playboy sería el equivalente a la parte en que Odiseo (Ulises) se ve atraído por las sirenas.
Pero lo interesante para mí de como Milius estructuró la película, y la forma en la que Coppola la filmó, es que fue pensada como un viaje hacia la locura partiendo de la cordura. Así, a medida que la película avanza y nos vamos acercando al coronel Kurtz (Marlon Brando), el tono se hace cada vez más extraño y surrealista, como una pesadilla de la que no podemos despertar. William Gibson, creo recordar que en Conde Cero, describe una sensación de manera perfectamente aplicable a lo que consiguen crear Coppola y Milius: "como un sueño en el que sabes que algo está mal".
A medida que subimos por el río, las cosas se vuelven más y más extrañas. Algo que queda más conseguido en el montaje del director, la versión Redux, que incorpora una escena en una plantación francesa que es casi como un viaje en el tiempo. Además de una interesante lección de historia, la escena sirve para enfatizar la sensación onírica que dominará el resto del metraje.
Pero no se es realmente consciente de lo extraño que es todo hasta que posteriormente, una vez acabada de ver la película, se compara el principio con el final. De esta manera queda patente la estructura circular de la película, porque lo cierto es que el principio de la película nos muestra a Willard (Martin Sheen) en pleno delirio etílico. Las imágenes que adornan el "estado alterado" de Willard son premonitorias de lo que veremos al final. Por contraste, las escenas posteriores resultan más sobrias y tranquilas.
La locura puede ser muy seductora, sobretodo en alguien como el coronel Kurtz. Pero especialmente cuando uno se ve rodeado de locura y muerte. ¿Está menos loco el coronel Kilgore (Robert Duvall) que Kurtz? En una atmósfera como la que presenta Coppola, lo único cuerdo parece ser volverse loco.
Es tal vez lo seductora que resulta la locura que hace que las tres horas y veinte que dura la película, en su versión extendida, se me pasan sin darme cuenta. Sonidos e imágenes conspiran para atraer toda mi atención y que no sea consciente de nada más. Como en una pesadilla, voy remontando río arriba, siguiendo mi destino, embarcado en mi última misión. Rio arriba, en busca del horror.
Antes de ver Apocalypse Now ya era un fan de los Doors. Mis padres tienen una considerable colección de discos de rock de cuando eran jóvenes, así que crecí escuchando rock and roll de los 60 y 70. Y los Doors me apasionaban, así que, cuando empecé a ver Apocalypse Now con The End sonando de fondo, ya me di cuenta de que la película se iba a embarcar por territorios desconocidos. Como escribían en los antiguos mapas, en las zonas sin explorar, "aquí hay monstruos".
Originalmente, Jim Morrison escribió la letra como una canción sobre romper con una chica, pero, a medida que la fueron interpretando en conciertos, empezó a evolucionar y crecer hasta convertirse en una canción sobre la muerte, sobre romper tabús, Edipo y mil cosas más que se pueden interpretar. De breve canción a épica de doce minutos (quince o veinte en las versiones en directo). Una evolución parecida a la que experimentaría la película: el planeado film de acción y aventuras evolucionó para convertirse en una épica, una de las mejores películas de la historia del cine.
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Uno de los aspectos más interesantes que trata Apocalypse, para mí, es la locura. O, mejor dicho, lo seductora que puede ser la locura. Este tema ya aparece en la novela de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, en la cual se basa la película.
En la novela, Marlow es el capitán de un barco de vapor al que le mandan ir río Congo arriba con una doble misión: recoger marfil y al encargado del marfil: Kurtz, que parece ser está enfermo. Cuando, finalmente, llega al campamento de Kurtz, descubre que éste se ha convertido en una especie de deidad para los africanos y ha sucumbido a la locura. Una locura que hace que haya adornado el exterior de su casa con cabezas cortadas clavadas en estacas.
La novela es una critica del colonialismo, pero también ilustra lo seductor que debe ser dejar de lado las constricciones de la civilización y dar rienda suelta a los más primitivos instintos. El contacto con los "salvajes" africanos hace que Kurtz acabe por dejar de lado cualquier rasgo civilizado que pudiera tener. Del mismo modo, Marlow se ve afectado por la presencia de Kurtz y, alejado de toda civilización, empieza a ver a Kurtz de la misma manera que lo ven los africanos. Las últimas palabras de Kurtz, "el horror, el horror", le dejaran marcado de por vida.
En su adaptación de la novela, John Milius sustituye África por Vietnam, pero los temas son los mismos. Milius incorpora además otra fuente para estructurar la película: La Odisea de Homero. Así, la escena de las conejitas de Playboy sería el equivalente a la parte en que Odiseo (Ulises) se ve atraído por las sirenas.
Pero lo interesante para mí de como Milius estructuró la película, y la forma en la que Coppola la filmó, es que fue pensada como un viaje hacia la locura partiendo de la cordura. Así, a medida que la película avanza y nos vamos acercando al coronel Kurtz (Marlon Brando), el tono se hace cada vez más extraño y surrealista, como una pesadilla de la que no podemos despertar. William Gibson, creo recordar que en Conde Cero, describe una sensación de manera perfectamente aplicable a lo que consiguen crear Coppola y Milius: "como un sueño en el que sabes que algo está mal".
A medida que subimos por el río, las cosas se vuelven más y más extrañas. Algo que queda más conseguido en el montaje del director, la versión Redux, que incorpora una escena en una plantación francesa que es casi como un viaje en el tiempo. Además de una interesante lección de historia, la escena sirve para enfatizar la sensación onírica que dominará el resto del metraje.
Pero no se es realmente consciente de lo extraño que es todo hasta que posteriormente, una vez acabada de ver la película, se compara el principio con el final. De esta manera queda patente la estructura circular de la película, porque lo cierto es que el principio de la película nos muestra a Willard (Martin Sheen) en pleno delirio etílico. Las imágenes que adornan el "estado alterado" de Willard son premonitorias de lo que veremos al final. Por contraste, las escenas posteriores resultan más sobrias y tranquilas.
La locura puede ser muy seductora, sobretodo en alguien como el coronel Kurtz. Pero especialmente cuando uno se ve rodeado de locura y muerte. ¿Está menos loco el coronel Kilgore (Robert Duvall) que Kurtz? En una atmósfera como la que presenta Coppola, lo único cuerdo parece ser volverse loco.
Es tal vez lo seductora que resulta la locura que hace que las tres horas y veinte que dura la película, en su versión extendida, se me pasan sin darme cuenta. Sonidos e imágenes conspiran para atraer toda mi atención y que no sea consciente de nada más. Como en una pesadilla, voy remontando río arriba, siguiendo mi destino, embarcado en mi última misión. Rio arriba, en busca del horror.
8 comentarios:
Es curioso que antes de ver la película por primera vez, hace ya muchos años, pensaba que iba sobre zombies y monstruos en el campo de batalla jajaja Había oído hablar de ella, y teniendo en el título la palabra "Apocalypse" no podía imaginar que tratase de algo que no fuese terror.
Luego, años después, me hice con una copia en vhs y la vi por primera vez, ansioso de descubrir sobre qué iba esta épica historia Para cuando conseguí la copia en vhs ya había tenido tiempo de enterarme de que no era una película de terror, de lo contrario, menudo chasco.
No me gustó en absoluto, y yo quería que me gustara, pues llevaba años queriendo verla, y me sentía decepcionado a mi pesar... pero no me gustaba. Se me hizo larga y aburrida, en otras palabras.
Tiempo después, por alguna razón, me dio por comprarmela en dvd (aún sin gustarme), y volví a verla. Entonces la cabeza me hizo catacroker y pensé: pero cómo coño no me ha gustado esta maravilla antes?
La película entonces me pareció la joya que es, muchísimo más que un sencillo film bélico. Me rio de todas esas películas que presumen de ser antibelicistas. ESTA lo es, y puede decirlo bien alto. Pero como tu dices, Raül, no es sólo eso. Es una película que también habla de la locura y la muerte, del deber, de la falta de moral y de la deshumanización.
Después de verla con los ojos apropiados y en el momento apropiado, y después de haberla valorado como se merece, supe que no andaba mal encaminado cuando, años atrás, pensaba que era una película de terror. Lo es, al menos bajo mi punto de vista. Un terror muy humano y real, ese mismo que debió sentir John McClane al quedarse encerrado sólo en el Nakatomi con una banda de terroristas deseosos de matarle. Apocalypse Now trata sobre el terror de un hombre que se ve obligado a presenciar los horrores de la guerra, así como la crudeza y la locura que esta conlleva.
En fin, totalmente de acuerdo contigo, Raül. Obra maestra indiscutible, aunque seguro que habrá por ahí suelto algún modernito destroyer que dirá que esta sobrevalorada, y bla, bla, bla.
Dr. Gonzo, desde luego, si pudiera, metería esta película dentro del género de terror porque te enfrenta contra el Horror, así con mayúsculas, que se esconde en los rincones más oscuros de la existencia.
No sé que edición tienes, pero por si acaso, te digo que tanto Coppola en el audiocomentario que apareció por primera vez en la edición Complete Dossier como Milius en la reciente en Blu-ray, cuentan que el título Apocalypse Now surgió como contraste al Nirvana Now de la cultura hippie ya que la sociedad en aquel momento parecía encaminarse más al apocalipsis que al nirvana, y que alguno de los seguidores de Kurtz pinta en una de las paredes del campamento.
Vivo la vida sin haber visto esta película!!
Te recomiendo que encuentres un fin de semana que no tengas nada que hacer y lo aproveches para ver una de las mayores y más importantes películas jamás filmadas. No te diré que HAS de verla, porque odio que la gente haga eso.
Peliculón, no hay duda. Tenía pensado hacer un post sobre ella pero te me has adelantado. Lo dejaré para más adelante.
La adaptación de la novela es tremenda, capta la esencia de la misma y la traslada a Vietnam de manera sublime.
No sé si estaréis de acuerdo pero para mí la versión Redux sólo hace que mejorar la original.
Peliculón.
Sí, ya digo que creo que la estructura y los objetivos de la película quedan más logrados en la versión extendida, que se me hace mucho más corta que la estrenada originalmente en cines.
Primero felicitarte por tu blog. Y en segundo lugar, nos gustaría que te pasaras por nuestro blog ya que te hemos concedido el Premio bloggero!! :D
http://cinealopareja.blogspot.com/
Muchas gracias! En seguida me paso.
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