26 abr 2012

Los terribles crímenes de la Condesa Sangrienta ficcionalizados para vuestro placer


Erzsébet Báthory (1560-1614) es una de las más infames y notorias asesinas en serie de la historia. Se calcula que sus víctimas llegan a las 650, una sed de sangre que se pudo saciar en parte gracias a los privilegios con los que contaba la nobleza entonces. Sin embargo, su monstruosidad llegó a un punto en que ni siquiera los privilegios de clase evitaron que recibiera castigo. No cometió sola las matanzas, torturas y asesinatos a los que se entregó con pasión: recibió la ayuda de sirvientes que se vieron arrastrados por la locura de su señora.

Obsesionada con la belleza eterna que creía podía conseguir bañándose en la sangre de doncellas vírgenes, resulta un personaje tan exagerado, único y monstruoso que ha cautivado a incontables artistas que se han visto inspirados por esta sangrienta figura histórica, aún hoy día. Sirvan como ejemplo de ello las películas The Countess (Julie Delpy, 2009) y Bathory (Juraj Jakubisko, 2008).

Antes de entrar en materia cinematográfica, me gustaría recomendaros dos libros sobre la Condesa Sangrienta que están unidos entre sí, no solo por tratar el mismo personaje histórico. El primero es La condesa sangrienta de Valentine Penrose, editado por Siruela. Penrose fue una poetisa francesa adscrita al movimiento surrealista y originalmente publicó su biografía de Erzsébet Báthory en 1962. El libro resulta una lectura absorbente y muy interesante, especialmente por el contraste entre la bella prosa de Penrose y los atroces actos que describe con ella. Se crea así una obra terrible y hermosa al mismo tiempo.


Igualmente terrible y hermoso es La condesa sangrienta, libro que combina un texto de Alejandra Pizarnik con unas increíbles ilustraciones de Santiago Caruso (las dos ilustraciones de este artículo están sacadas de este libro), editado por Libros del Zorro Rojo. Pizarnik, otra poetisa, analiza el texto de Penrose y reflexiona sobre la figura de Báthory. Las ilustraciones de Caruso representan la sangrienta monstruosidad de la historia sustituyendo el rigor histórico del texto representando de forma alegórica, metafórica y surrealista los eventos.

A la hora de seleccionar las películas que más me habían gustado que contaran con la figura de la condesa de forma prominente he tropezado con la peculiar circumstancia de que la mayoría ya las había comentado anteriormente en el blog. Son películas que transforman a Báthory en una vampiresa, transformada de ser humano a criatura sobrenatural. Jacinto Molina alias Paul Naschy utilizó a la condesa como contrapunto malvado de su maldito hombre lobo en dos ocasiones principalmente: primero de forma breve en El retorno de Walpurgis (Carlos Aured, 1973) y luego como antagonista en El retorno del Hombre Lobo (Paul Naschy, 1981). Otra película en la que pensé inmediatamente fue la también comentada El rojo en los labios (Les lèvres rouges, 1971), deliciosa combinación de terror y erotismo que nos presenta a la condesa como una decadente vampira, acompañada de una fiel y bella ayudante, Ilona (Andrea Rau).

Comentadas ya esas películas en su momento, he decidido poner aquí dos más, que espero sean de vuestro interés.

En primer lugar tenemos la producción Hammer La condesa Drácula (Countess Dracula, Peter Sasdy, 1971). Realizada con el ánimo de capitalizar el éxito de las películas protagonizadas por el conde Drácula, unido a la adición del contenido erótico que la Hammer empezó a introducir en sus films para aumentar beneficios. Ingrid Pitt encarna en esta ocasión a la condesa Báthory, rebautizada como Elizabeth Nodosheen en el film aunque en los títulos de crédito aparece un retrato de la auténtica condesa Báthory. La condesa ve con horror que su belleza se ha marchitado con los años. Descubre entonces que la sangre de una doncella la rejuvenece. De forma tan efectiva que empieza a hacerse pasar por su propia hija en orden de disfrutar de su rejuvenecido cuerpo. Sasdy es húngaro, así que supongo estaría familiarizado con la historia real (de hecho, participó en el guion) y había dirigido una de las entregas de la saga de Drácula, por lo que parecía el director ideal para dirigir esta película.

Y, en parte, lo fue.

El film mezcla la intriga histórica, que la Hammer ya había tocado anteriormente en films como Rasputín (Rasputin: The Mad Monk, Don Sharp, 1966), con el terror gótico habitual de la compañía. Pero al tener más peso las intrigas entre los personajes, el aspecto terrorífico queda algo deslucido. Eso no quiere decir que el film no sea entretenido, pero no tiene el interés de las películas que protagonizara Christopher Lee. Teniendo en cuenta que la película se titula La condesa Drácula, es de esperar que el terror gótico tuviera más peso que la intriga.

De todas formas, es un film como ya he dicho entretenido y la siempre grata presencia de Ingrid Pitt hace que sea fácil de ver.




Ceremonia sangrienta (Jordi Grau, 1973) es una película curiosa en el sentido de que es un acercamiento fiel a los auténticos hechos históricos pero está protagonizada por una descendiente de la condesa y ambientada a principios del siglo XIX.

Lucía Bosé es Erzebeth Bathory, cuya triste existencia transcurre en el palacio de su marido, el marqués Karl Ziemmer (Espartaco Santoni). Dejada atrás su juventud, la marquesa ve con tristeza como su marido pierde el interés por ella y se dedica a perseguir jovencitas y cazar con sus halcones. Como os podréis imaginar, la marquesa creerá, con la ayuda de su nodriza (Ana Farra) que la sangre de doncellas vírgenes hace que recupere la juventud perdida. El marqués ve esto como una oportunidad para dar rienda suelta a sus más bajos instintos y se hará pasar por vampiro, secuestrando jóvenes muchachas que matará para que su sangre sea utilizada como macabra crema cosmética.

El film de Grau resulta interesante a diferentes niveles. En lugar de construir una típica película de vampiros gótica como se había hecho anteriormente, Grau adopta un estilo realista y nos presenta una sociedad presa de la superstición y la ignorancia. Al principio del film asistimos a un esperpéntico juicio que se hace a un supuesto vampiro: el cadáver del que había sido médico del pueblo (que más adelante podemos sospechar que era un asesino en serie y que mantuvo relaciones incestuosas con su hija). A puerta cerrada, las autoridades se toman a broma todo el asunto pero prefieren mantener la farsa para tener al pueblo contento. Ziemmer, de hecho, descubre luego que las supuestas marcas vampíricas de la hija del médico fueron hechas con un collar. Pero al mismo tiempo, las autoridades se ven presas de la superstición del pueblo y se ven obligadas a llevar a cabo acciones que prevengan una revuelta popular.

Grau, además, realiza un interesante retrato psicológico de la marquesa. Bathory, al contrario que su marido, es muy supersticiosa, creencias alimentadas por su nodriza, y se ve convencida de que realmente la sangre de las jóvenes la rejuvenecerá. Pero, al contrario que en otras películas, aquí no lo hace por maldad y crueldad, sino que lo hace para recuperar a su marido. Es representada como una figura casi trágica, en contraste con el auténtico villano de la película: el marqués Ziemmer.

Es Ziemmer quién se aprovecha de las supersticiones como pantalla para disimular su propia sed de sangre. Al principio del film lo vemos observar cómo sus halcones hacen pedazos a una presa y cómo sacude las manos imaginándose que es él quien está despedazando a una presa o porque ya no le basta con ver cómo los halcones cazan y quiere él mismo hacer pedazos unas cuantas presas.

Tanto la ambientación como la construcción de los personajes está muy lograda, haciendo que sea una película más interesante de lo que podría parecer a primera vista, ya que fue promocionada en su momento como una película de terror de vampiros. Irónicamente, las gentes del pueblo creen que son presas de vampiros, de criaturas sobrenaturales, lo cual hace que la monstruosidad humana de Ziemmer y Bathory sea aún más terrible.

El tráiler americano de la película, que se estrenó en Estados Unidos con el sutil y elegante título Legend of Blood Castle ("la leyenda del castillo Sangre").

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