Take Shelter (2011) es una interesante película escrita y dirigida por Jeff Nichols que mezcla drama y apocalipsis. Interesante porque, al tratarse de una producción de cine independiente, las posibilidades para que la cinta tome cualquier rumbo están abiertas. Eso sí, desde que la he visto he leído algunas críticas y artículos sobre ella, en parte para hacer este mismo comentario, que hablan sobre la ambigüedad con la que se cuenta la historia. Para mí, no hay ninguna ambigüedad y está bastante claro lo que pasa, y en ello se basa mi comentario. Por supuesto, todo está abierto a interpretación y puede que vosotros tengáis una visión diferente. Es decir, equivocada.
No, es broma. Más o menos.
Curtis (Michael Shannon) es un hombre normal y corriente, con una familia, trabajo y existencia más o menos placentera. Un compañero de trabajo, Dewart (Shea Whigham), le dice al principio de la película que le parece que es un buen hombre con una buena vida. Por supuesto, esa es una frase tremendamente gafe y las cosas empiezan a torcerse rápidamente: Curtis empieza a tener terribles pesadillas de carácter apocalíptico (hay un momento en que una agente de seguros menciona la suerte que tiene Curtis de tener un trabajo con un seguro médico tan bueno, ya os podéis imaginar que es lo que pasa luego). Curtis, cuya madre (Kathy Baker) fue diagnósticada a mediados de los 30 años -edad que tiene ahora Curtis- con esquizofrenia paranoide, teme estar volviéndose loco. Aunque más aterradora es la posibilidad de que no esté loco.
En la mitología cristiana, cuando a Noé se le apareció Dios y le dijo que construyera un barco porque iba a hacer limpieza inundando la Tierra y salvara una pareja de cada especie animal, Noé dijo: "Ok. Ningún problema." Es la suerte de vivir en una época en la que la visita de deidades, sueños premonitorios y extraños sucesos eran el pan de cada día. En cambio, cuando Curtis empieza a sufrir estas aterradoras pesadillas, lo atribuye a la locura. Algo le está pasando a él, no al mundo. El conflicto con su familia, amigos y entorno llega cuando empieza también a considerar en serio estos sueños y empieza a construir un refugio para tormentas en el jardín.
Continuamente está presente la actual inseguridad económica como intento de justificar las pesadilas y la angustia que sufre el protagonista. La película, además, está narrada de forma muy sobria y contenida, dándole más verosimilitud a la opción de "este tío se está volviendo loco". Esta manera contenida de narrar contribuye a hacer las pesadillas más inquietantes, a pesar de no tratarse de grandes delirios oníricos a la Lynch. Lo cierto es que estas pesadillas creadas por el director son muy verosímiles y "reales", logrando que sean más inquietantes que cualquier espectáculo excesivo podría aspirar a ser. Otro acierto del director es repartir los sueños, de manera que no empachan y conservan su fuerza e impacto a medida que se van intensificando.
Como decía al principio, uno puede argumentar que la película se puede interpretar simplemente como alguien que sufre una enfermedad mental o tiene un ataque psicótico, lo que los expertos en psiquiatría llaman "volverse majareta". Sin embargo, esta interpretación (que tras ver la película desafío a cualquiera a que me la justifique) simplifica enormemente la película. Existen ya un montón de películas que retratan viajes de un personaje a la locura. Desde mi punto de vista, resulta más interesante ver estos sueños como reales ya que introducen toda una serie de temas sobre los que reflexionar mucho más interesantes.
Por ejemplo, tras visitar a un doctor, Curtis se toma un tranquilizante para dormir una noche seguida sin verse acosado por las pesadillas. Esto se traduce por un ataque peor durante el día. Parece entonces que la racionalización, el descartar cualquier otra interpretación, resulta bastante más perjudicial que tener los sueños. Intentar justificar de manera racional lo que sucede provoca más daño. Claro que, cuando Curtis hace caso a los sueños y actúa en consecuencia, se enfrenta a las mentes cerradas del resto de la sociedad. ¿Intenta el director decirnos que es mejor mantener una mente abierta? Tal vez sí, tal vez no. La ausencia de religiosidad por parte de Curtis (su suegro le recrimina que no vaya a la iglesia y se quede en casa en domingo), o, mejor dicho, de espiritualidad, puede que sea una manera de convertir la película en una historia sobre la peligrosidad de mantener la mente cerrada. O no.
Se multiplican los temas e interpretaciones si, como yo, consideráis los sueños como reales (en lo que se refiere a la ficción, en la "vida real" ya es otro tema), mientras que si se deja simplemente como una locura del protagonista, resulta un film bien hecho pero menos interesante. En todo caso, ved la película y decidme que os parece a vosotros. Por cierto, en el tráiler aparece brevemente un trozo de mi escena favorita de la película, cuando Curtis observa una tormenta eléctrica y se pregunta si alguien más lo está viendo.
Continuamente está presente la actual inseguridad económica como intento de justificar las pesadilas y la angustia que sufre el protagonista. La película, además, está narrada de forma muy sobria y contenida, dándole más verosimilitud a la opción de "este tío se está volviendo loco". Esta manera contenida de narrar contribuye a hacer las pesadillas más inquietantes, a pesar de no tratarse de grandes delirios oníricos a la Lynch. Lo cierto es que estas pesadillas creadas por el director son muy verosímiles y "reales", logrando que sean más inquietantes que cualquier espectáculo excesivo podría aspirar a ser. Otro acierto del director es repartir los sueños, de manera que no empachan y conservan su fuerza e impacto a medida que se van intensificando.
Como decía al principio, uno puede argumentar que la película se puede interpretar simplemente como alguien que sufre una enfermedad mental o tiene un ataque psicótico, lo que los expertos en psiquiatría llaman "volverse majareta". Sin embargo, esta interpretación (que tras ver la película desafío a cualquiera a que me la justifique) simplifica enormemente la película. Existen ya un montón de películas que retratan viajes de un personaje a la locura. Desde mi punto de vista, resulta más interesante ver estos sueños como reales ya que introducen toda una serie de temas sobre los que reflexionar mucho más interesantes.
Por ejemplo, tras visitar a un doctor, Curtis se toma un tranquilizante para dormir una noche seguida sin verse acosado por las pesadillas. Esto se traduce por un ataque peor durante el día. Parece entonces que la racionalización, el descartar cualquier otra interpretación, resulta bastante más perjudicial que tener los sueños. Intentar justificar de manera racional lo que sucede provoca más daño. Claro que, cuando Curtis hace caso a los sueños y actúa en consecuencia, se enfrenta a las mentes cerradas del resto de la sociedad. ¿Intenta el director decirnos que es mejor mantener una mente abierta? Tal vez sí, tal vez no. La ausencia de religiosidad por parte de Curtis (su suegro le recrimina que no vaya a la iglesia y se quede en casa en domingo), o, mejor dicho, de espiritualidad, puede que sea una manera de convertir la película en una historia sobre la peligrosidad de mantener la mente cerrada. O no.
Se multiplican los temas e interpretaciones si, como yo, consideráis los sueños como reales (en lo que se refiere a la ficción, en la "vida real" ya es otro tema), mientras que si se deja simplemente como una locura del protagonista, resulta un film bien hecho pero menos interesante. En todo caso, ved la película y decidme que os parece a vosotros. Por cierto, en el tráiler aparece brevemente un trozo de mi escena favorita de la película, cuando Curtis observa una tormenta eléctrica y se pregunta si alguien más lo está viendo.
2 comentarios:
Como de costumbre, aquí no se ha estrenado, así que mierda pa mí.
Desde luego la propuesta es muy interesante, y en cuento tenga oportunidad la veré.
Pues lo siento. Cuando imponga mi imperio del mal miraré a ver si lo arreglo.
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