12 ene 2011

Bullit



El recientemente fallecido Peter Yates dirigió la espectacular Bullit (1968), un clásico del cine y uno de los grandes títulos seminales dentro del cine de acción y policíaco.

Protagonizada por un Steve McQueen en plena forma (yo de mayor quiero ser como él), personalmente encuentro que este es un título bastante significativo dentro del cine americano, no sólo por su importancia dentro del cine de género, también porque es uno de los primeros en adoptar un estilo, una manera de narrar, que resultará especialmente significativa durante los años setenta, la edad dorada del cine americano. La razón principal para ello radica en que Yates era inglés, europeo, y por ello incorpora los avances narrativos que se habían realizado en la nouvelle vague francesa y el neorrealismo italiano.

Pero empecemos por el principio: la secuencia de títulos de crédito. Tomáos un momento para estudiarla con atención:



Ésta secuencia de créditos está tremendamente estilizada: mezcla color y blanco y negro, forma parte integrante del argumento de la película, se utilizan diferentes lentes, cuidados movimientos de cámara. La música de Lalo Schifrin, jazz/lounge, le da un aire cool, un estilo que la hermana con otro clásico: Asesino implacable (Get Carter, Mike Hodges, 1971), la cara oscura de Bullit se podría decir. Pero, principalmente, la secuencia de títulos sigue un estilo, muy de los años sesenta en cierto modo, que no sigue luego el resto de la película.

En el corpus principal de la película observamos la utilización de un estilo naturalista, de pseudodocumental, en el cual se utilizan escenarios naturales, los médicos son auténticos médicos, la cámara es un observador objetivo en ocasiones y en otras un espía. Es decir, puro realismo. Yates quiere transmitir la sensación de que estás viendo un documental sobre la vida de un policía que persigue a unos criminales.

Este estilo naturalista se mezcla con una narrativa que sigue el estilo de Hollywood, más teatral, que resalta en la famosa escena de la persecución, donde los ángulos en los que se coloca la cámara y el montaje de la secuencia juegan el papel principal. En cierto modo, se utiliza el estilo naturalista para meternos dentro del mundo, para empatizar con los personajes para arrojarnos luego a una persecución de coches que, debido, a lo anterior, se ve realzada en su realismo: resultan espectaculares y completamente verosímiles dos coches lanzándose a toda velocidad por las calles de San Francisco. Lo mismo se aplica al resto de escenas de acción de la película.

Steve McQueen puede que no fuera un gran actor, pero desde luego tenía un gran carisma y la cámara lo adoraba. Aquí realiza un buen papel como policía rebelde, expeditivo, que sigue sus propias reglas. Un personaje que luego, a base de ser utilizado una y otra vez, se acabaría convirtiendo en un cliché del género. Por otro lado tenemos a la bella Jacqueline Bisset, interpretando al interés amoroso del protagonista. Un papel sin mucha chicha pero que nos permite disfrutar de la agradable presencia de la Bisset.

Bullit es algo más que una persecución de coches espectacular, es una gran película policíaca que cuenta una interesante historia mezclando el más puro estilo noir con el pseudodocumental. Un estilo que luego sería imitado y seguido durante la década siguiente en otros clásicos como Contra el imperio de la droga (The French Connection, William Friedkin, 1971).

5 comentarios:

ATTICUS dijo...

"Tu ocupate de tu lado de la calle y yo me ocupare del mio",frase mitica de esta maravillosa pelicula policiaca,si señor.
Que seria "Harry,el sucio o como tu has dicho "The French Connection",sin esta.
Lo que conquista de esta pelicula es la presencia de McQueen y la estupenda direccion realista de Yates,su aura Noir le potencia la falta de un argumento mas solido,pero es magnifica y de gran referencia.
En cuanto a la persecucion mitica,
a pesar de ser una de las meteduras de pata mas sonadas de
la historia,ya que durante ella
McQueen adelanta 4 veces a un escaravajo verde,es una escena leyenda.
Siempre adore a McQueen y me gusto todo lo que hizo.Me alegra que hayas hablado de esta peli Raul.

Dr. Gonzo dijo...

Muy buena película, aunque la "mítica" escena de conducción (fué lo que esperaba ver con más ganas) me pareció una chapuza.

Para buenas escenas de conducción me quedo con Vanishing Point.

Por lo demás, es una buena película dentro de su género, y que incluso ha sido referentes en directores como Michael Mann y su obra maestra, Heat.

Raúl Calvo dijo...

Atticus, McQueen era muy grande, no podía faltar aquí. La película está tan bien hecha que no le hace falta un gran argumento, engancha por la dirección.

Dr. Gonzo, piensa que esta película fue rodada en 1968 y no tenía a su disposición los medios que más tarde se fueron creando. De hecho, si no fuera por esta película, Vanishing Point (a la que también dedico un post) no existiría ya que es en Bullit donde por primera vez se concibe una persecución desde dentro del coche y no simplemente exterior como hasta entonces se habían hecho. Además, claro, que las persecuciones en coche son la esencia de Vanishing Point, en Bullit el objetivo es hacer un retrato de un policía y como se enfrenta a unos criminales.

Christian dijo...

Me gustaría dejar una extensa opinión de esta película si se me permite:

Lacónico, insensible, implacable, de expeditivos métodos para combatir el crimen que no gustan a sus superiores, aunque lo que cuenta para él siempre son los resultados.
Un hombre hecho a una violencia que día y noche planea sobre las calles de la ciudad; una cacería sin tregua orquestada por un policía cada vez más abiertamente en rebelión. Su nombre: Frank Bullitt.

Desde el mismo comienzo el ritmo nunca decrecerá en esta emocionante y salvaje cacería por las calles de San Francisco, donde el tándem Kleiner/Trustman despliegan un argumento abundante de trampas, violencia cruda y realista, personajes de trazo grueso, una aguda crítica a la hipocresía política y al desencanto social reinante (rodada en 1.968, la película coincide con la etapa más importante de la Guerra de Vietnam) y un brillante "macguffin" (Johnny Ross) cuya incógnita no se desvela hasta el final.
Todo ello al tiempo que se inmiscuye (leve pero acertadamente) en la vida privada del protagonista, marcado por una inquietud que le domina, la de una violencia omnipresente en la que se halla inmerso con resignación y de la cual se alimentan sus pulsiones; guiado como por un instinto animal, Bullitt es un melancólico parco y amargo, un eterno solitario en duelo aunque se vea acompañado de la casi invisible Cathy, incapaz de comprenderle (y con quien mantendrá una concisa pero trascendente conversación donde se desnudarán el alma del policía y su esencia natural).

Mientras tanto, la intriga y la acción, bien conducidas por Yates, aumentan su intensidad conforme avance el metraje, cuyo cenit será la desenfrenada persecución de los gangsters por las calles de San Francisco y alrededores que llegará pasada poco más de la hora de la película, coronándose como una de las más excitantes y mejor filmadas de la Historia del cine; esta secuencia, junto con el inolvidable final deja bien patente el nervio y la precisión del director tras la cámara, así como la vitalidad interpretativa de un imponente McQueen inspirado en el inspector Dave Toschi (famoso por encargarse de los casos del Asesino del Zodiaco) para introducirse a conciencia en la piel de Bullitt.
Éste, que economiza al máximo los diálogos centrándose en su capacidad para el lenguaje visual, se ve enzarzado en un duelo actoral memorable con Robert Vaughn, otrora compañero de reparto en "Los Siete Magníficos" y que no pocas veces logra robarle el protagonismo; les siguen unos muy notables Simon Oakland, Felice Orlandi, Don Gordon en su debut cinematográfico y la guapísima Jacqueline Bisset. En el plano técnico destacan el gran trabajo de montaje de Frank Keller, galardonado con un Oscar por ello, y la estimulante banda sonora de Lalo Schifrin, la cual se priva de sonar en algunos momentos clave (las escenas de acción, sobre todo), lo que otorga así un realismo extra a la película.

Con todos estos elementos, "Bullitt" se convertiría en uno de los más grandes éxitos del momento, cuya recaudación superó en ocho veces su presupuesto, dejando a McQueen libertad absoluta para acometer cualquier proyecto (por desgracia esos fueron "Los Rateros" y "Las 24 horas de Le Mans", con los que fracasaría).
Sin embargo, su brillo mágico se mantiene intacto en este áspero, violento y entretenido film, de cuya estela surgirían policíacos como "Harry, "el Sucio" ", "San Francisco, Ciudad Desnuda" (rodados en la misma ciudad), "América Violenta", "The French Connection", los más modernos "Violent Cop", "Heat"...o cualquier otro protagonizado por duros, solitarios y lacónicos agentes de la ley.

Todos y cada uno de ellos ha bebido de "Bullitt".

Raúl Calvo dijo...

Es decir, Christian, que la película te gusta :D Bienvenidos son todos los comentarios, sobretodo si están tan minuciosamente construidos.