Élisabeth, interpretada por Marie-Georges Pascal, decide pasar unos días en el pueblo de su prometido. Mientras viaja en tren, se sube un extraño hombre al que Élisabeth ve con horror como se le deforma la cara y descubre que ha matado a otra pasajera que viajaba con ella. Después de parar el tren usando el freno de emergencia, Élisabeth huye y empieza así su aterradora odisea por una región donde sus habitantes parecen haber desarrollado una enfermedad que viene acompañada de pústulas, irritación de la piel y unos irresistibles impulsos homicidas.
Este es el planteamiento de Las uvas de la muerte (Les raisins de la mort, Jean Rollin, 1978). Un film de terror que comparte algunos de los recursos del cine de zombis y tiene un mensaje ecologista que recuerda al gran clásico No profanar el sueño de los muertos (Non si deve profanare il sonno dei morti, Jordi Grau, 1974). Pero lo cierto es que el film tiene más cosas en común con las películas de "infectados dementes" como Los crazies (The Crazies, George A. Romero, 1973) y Vinieron de dentro de... (Shivers aka They Came from Within, David Cronenberg, 1975).
Nunca he sido muy aficionado al cine de Rollin. Sus lánguidas epopeyas erótico-vampíricas, como La muerta viviente (La morte vivante, 1982) o Desnuda entre las tumbas (La vampire nue, 1970), se me hacen bastante aburridas y soporíferas. Pero cuando apareció esta película en Blu-ray, se comentaba que era un ejemplo de cine atípico en Rollin (coincidió, además, con mi búsqueda de otro film atípico de Rollin), lo que hizo que me picara la curiosidad. Y es cierto, una narrativa más sólida de lo que era habitual en el desaparecido director, más toques de violencia y un subtexto social (ya sabéis lo que me gusta un subtexto guapo y fino) acompañado de un mensaje ecológico son elementos que hacen de este un film bastante interesante.
Interesante aunque no sé si recomendable para todos los aficionados. El ritmo es algo lento al principio, cosa que a mi no me molestó particularmente pero puede que haga que para algunos resulte un film pesado. Además, la versión que vi era la completa, claro, pero eso no significa que haya una desmesurada cantidad de sangre, aunque los estallidos de violencia contribuyen a que el espectador se implique en la odisea de la pobre Élisabeth.
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