3 nov 2010

Pink Floyd The Wall



Uno de los recuerdos más gratos que guardo de mi etapa universitaria fue la proyección que organicé de esta película y, más exactamente, de la reacción del público. Todos aquellos que vieron por primera vez The Wall (Alan Parker, 1982) estaban exaltados y alucinados por una experiencia fílmica difícil de igualar. Fue algo muy gratificante, descubrir esta película a un montón de gente y ver la positiva reacción que tuvieron. Sólo comparable a las reacciones que obtuve con El cuarto hombre (Die vierde man, Paul Verhoeven, 1983) y El valle de los placeres (Beyond the Valley of the Dolls, Russ Meyer, 1970).

La diferencia entre una ópera y un musical es que en la ópera la música es contínua mientras que en el musical hay diálogos y se utilizan canciones en momentos concretos. Por tanto, The Wall no es un musical sino una alucinante ópera. Una conjunción de imágenes y música tremendamente poderosa, llena de simbolismos y alegorías. Roger Waters, Alan Parker y Gerald Scarfe unieron sus talentos y fuerzas creativas para hacer algo realmente único. Si bien la cosa no fue fácil, ya que Alan Parker estaba acostumbrado como director de cine a llevar la voz cantante y no discutir decisiones artísticas, mientras que Roger Waters y Gerald Scarfe estaban acostumbrados a trabajar en equipo, ya que Scarfe fue quien hizo las ilustraciones en el doble LP original.


Una parte del origen de The Wall se halla en la infancia de Roger Waters y como eran los profesores de la época añadido al hecho de ser un niño nacido tras la Segunda Guerra Mundial. A eso se le juntó el ver como Syd Barrett se destrozaba a si mismo con las drogas (a Barrett va dedicada también Wish You Were Here). El germen de la idea nació, sin embargo, mientras Pink Floyd se hallaba en la gira del álbum Animals. Waters se hallaba agotado por los conciertos y empezó a imaginarse un enorme muro que separaba el escenario del público. A partir de ahí empezó a idear un espectáculo que empezaría con un gran muro que a medida que avanzase el concierto iría desapareciendo. Esa idea acabó dando forma al doble LP The Wall que apareció en 1979.

Por fortuna, a mi padre le gustaba Pink Floyd y entre los álbumes que compró del grupo en su momento se encontraba The Wall que yo de pequeño no paraba de escuchar. Además al ser vinilos adquiría todo un definitivo aire ritualístico. Yo miraba las ilustraciones del álbum e imaginaba mi propia película. Por ello tenía cierta aprensión a ver la película que se había hecho, ya que temía que lo que yo había imaginado interfiriese en mi apreciación del film. Toda aprensión quedó olvidada cuando me senté a verlo y quedé transportado, la película me llevó por un impresionante viaje emocional y sensorial (tened en cuenta que no estoy hablando de verla en una pequeña pantalla con sonido estéreo, hablo de una gran pantalla y sonido envolvente 5.1).

Esta fuerte primera impresión hizo que cuando años más tarde decidiera presentar la película en la universidad evitara en mi introducción mencionar el argumento de la película, de qué trata o ninguna de sus imágenes para que el impacto en los espectadores fuera el mismo que tuve. Y es lo mismo que hago aquí, resistirme a comentar las imágenes específicamente o el argumento para que vosotros mismos lo descubráis y podáis disfrutar de la misma experiencia sin adulterar. Sólo mencionar que se escogió a Bob Geldof para encarnar al personaje Pink Floyd, Geldof era entonces el cantante de The Boomtown Rats (sí, hombre, los que tocaban I Don't Like Mondays), y entre el reparto podemos disfrutar del debut en pantalla de Jenny Wright en una aparición breve pero memorable.

Como he dicho, disfrutad vosotros mismos descubriendo el argumento y los diferentes temas presentes en esta obra maestra y cuál es el significado metafórico del muro.

5 comentarios:

Javier Simpson dijo...

Guardo buen recuerdo de esta peli. Los dibujos eran buenísimos y eran un canto al pacifismo (jhonny cogió su fusil en versión animada, aunque no fuera tan personal ni tan dramática)... y la música de Pink Floyd, ahí es nada...

Tuve que cambiar la dirección de mi blog (soy Javi). Te lo comento por si ahora no pudieras seguirme y quieres seguir haciéndolo. La nueva dirección es parecida:
www.cinodromo.blogspot.com
Un saludo y gracias. Nos leemos.

Anónimo dijo...

Es una de las mejores películas que vi en toda mi vida! (No, no, LA MEJOR) En mi familia, es una tradición: todos la ven en alguna etapa de su vida (normalmente entre los 14-16 años). Mi tío la vio 62 veces, y yo 12, y espero poder seguir!

Raúl Calvo dijo...

Por si un día te apetece variar, échale un vistazo a la vversión en concierto de Roger Waters, no es tan genial como la película pero tampoco está mal.

Rubén de la Fuente-Seoane dijo...

Muy bueno el artículo... a la par en calidad con la película, probablemente la mejor.

Raúl Calvo dijo...

Gracias por la parte que me toca. Por la de la película, es una obra maestra.