17 abr 2012

El imaginario del Doctor Parnassus (The Imaginarium of Doctor Parnassus)


Terry Gilliam ha hecho siempre sus mejores películas cuando ha trabajado fuera de los grandes estudios y con presupuestos pequeños (la excepción es Brazil [1985] que estrenó sin el permiso del estudio para poder mantener su metraje intacto). El mejor ejemplo de ello ha sido su último film hasta ahora, el mejor o uno de los mejores que ha hecho: El imaginario del Doctor Parnassus (The Imaginarium of Doctor Parnassus, 2009).

En su momento, la recepción de la película se vio hasta cierto punto enturbiada por la desgraciada muerte de Heath Ledger y creo que ahora se puede ver sin que se piense en la prematura desaparición de uno de sus protagonistas.

La película es un derroche de imaginación, en la cual Gilliam da rienda suelta a todos los elementos presentes en sus films, sin la presión de un gran estudio detrás. Lo que la película carece de presupuesto lo suple con una fantástica historia que resulta original partiendo de elementos que no lo son. Hay pocas historias tan tratadas y conocidas como el pacto con el Diablo de Fausto, pero Gilliam consigue aportarle suficiente personalidad al conjunto como para que resulte fresca y diferente. Doctor Parnassus fue escrita por Gilliam junto a Charles McKeown, con quien escribió Brazil y la estupenda Las aventuras del Barón Munchausen (The Adventures of Baron Munchausen, 1988), por lo tanto resulta inevitable que haya presentes elementos que recuerdan a ambas películas. El doctor Parnassus (el gran Christopher Plummer) es un personaje parecido al Barón Munchausen en el sentido de que ambos son personajes mágicos en un mundo sin magia. Ambas películas son también un canto a la imaginación y al poder de la fantasía, una invitación de Gilliam a ser niños de nuevo. Algo que también encontramos en la terriblemente infravalorada Tideland (2005).

La historia cuenta como el doctor Parnassus y el Diablo, alias Mr. Nick, (genial Tom Waits) llevan siglos enfrascados en terribles apuestas. Si esta vez Parnassus no gana, el Diablo se llevará a su hija Valentina (Lily Cole). Los eventos se complicarán cuando la troupe de Parnassus, que completan Anton (Andrew Garfield) y Percy (Verne Troyer), se encuentran con el misterioso Tony (Heath Ledger). Gilliam transforma esta historia que transcurre en el Londres actual en una fábula que le permite mostrar imágenes surrealistas y paisajes increíbles pero que, en el contexto del film, son tan reales como las aburridas calles londinenses.

Lo que distingue a Gilliam de otros directores con un mundo visual poderoso, es que en el caso de Gilliam no se trata de imágenes bonitas por el gusto de imágenes bonitas, hay detrás un significado y un mensaje. Esto hace que sean casi necesarios segundos, terceros y cuartos visionados del film para poder absorber todos los detalles con los que el director puebla el film.

La película cuenta con un reparto que nos ofrece estupendas interpretaciones. Ledger destaca en una fantástica interpreción, al nivel del Joker, a la hora de recrear al camaleónico Tony. Si os fijáis, su acento al hablar (en la VO) va cambiando y evoluciando (yendo de Australia a la Inglaterra más pija), dependiendo de con quién se encuentre. Esto hace que el hecho de que sea interpretado por Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell según el mundo de fantasía al cual entra enriquezca la película más que parecer un simple recurso. De hecho, mejora la película y está plenamente justificado (buscad la cara de Farrell antes de que aparezca en el imaginario para ver a lo que me refiero). Waits como el Diablo y Plummer como Parnassus están cada uno estupendos en sus respectivos roles. Especialmente me gusta el Diablo de Waits, que más que malvado parece alguien a quien le gusta jugar. La interpretación de Troyer destaca por la oportunidad de representar un personaje que es algo más que un simple recurso cómico como es habitual. De hecho, yo creo que representa a Dios, pero es solo una interpretación personal. Gilliam dice que para él representa la conciencia de Parnassus.

Un film que recomiendo a todo el mundo, auténticamente imaginativo y original.

6 comentarios:

Dr. Gonzo dijo...

Yo con Gillian tengo una relación amor odio.
Brazil se me hizo bastante pesada, aunque tengo que volver a verla.
Miedo y asco en Las Vegas una joya.
Tideland la quité a los 40 minutos por puro aburrimiento.
12 monos otra joya.

Gilliam hace películas que, o me gustan mucho, o no me gustan nada, y por eso mismo aún no he visto esta película. Eso sí, admito que me despierta mucha curiosidad.

Raúl Calvo dijo...

Bueno, le tienes que reconocer que es un director original y personal, dejando de lado lo que te parezcan sus películas.

Jerry F. dijo...

Esta es una de mis películas favoritas. Me parece que todo lo que dices es cierto... Además de visualmente poderosa, está llena de mensaje y cuenta con grandísimas interpretaciones (por no hablar del brillantísimo trailer con el que cuenta). Cinco estrellas claramente!

Raúl Calvo dijo...

El propio Gilliam la considera la mejor que ha hecho. Se merece cinco estrellas y las que hagan falta.

Mustangcillo dijo...

Pues habrá que verla. Me fío mucho de tus recomendaciones. De Gilliam mis pelis favoritas son "Brazil" y "Miedo y asco en las Vegas". Debería volver a verme la primera. En un mes o dos creo que sale a la venta en Blu-ray. Sobra decir que me la compraré :).

Raúl Calvo dijo...

No sé a cuál de las dos te refieres, pero antes de comprar nada, chequea si tienen los mismos extras que la edición que sacó Criterion en su día de cualquiera de las dos. Me ha recorrido un escalofrío al leer que te fías de mis recomendaciones, ¡pero si a mi gusta Josie y las melódicas (entrada en el blog), no te fíes de mí, insensato!