11 oct 2010

Crash



Estrenada en 1996, Crash fue una película tremendamente polémica en su momento debido a su contenido sexual. Basada en la novela homónima de J. G. Ballard, ciertamente en la película abundan las escenas de sexo pero lo que las hizo polémicas es que, creo, en su momento la gente no podía identificar exactamente por qué se sentían tan incómodos viéndola. La razón es que el sexo no está rodado de manera que resulte excitante o morboso como está acostumbrada la gente (les guste o no). Todo lo contrario, son escenas de sexo tremendamente frías que muestran cómo de distantes y disfuncionales son las relaciones de los personajes.

Al igual que hiciera con El almuerzo desnudo (The Naked Lunch, 1991), Cronenberg recrea no sólo la novela sino parte del universo del escritor J. G. Ballard, incorporando incluso un fragmento de La exhibición de atrocidades que recita uno de los personajes. 

En Crash los personajes habitan una ciudad cuyas estructuras frías y rígidas son una expresión arquitectónica de las emociones anestesiadas de sus habitantes. Personajes tan aturdidos emocionalmente que intentan reparar su castración emocional a través de los accidentes de coche. Experimentan los choques que provocan con sus vehículos como intensos orgasmos, el impacto con el otro vehículo un equivalente a alcanzar el clímax sexual.

Estos orgasmos automovilísticos son la única manera de experimentar cualquier tipo de emoción que les queda a sus protagonistas. Así, Ballard (James Spader) y su esposa Catherine (Deborah Kara Unger) empiezan actuando todavía hipnotizados y aturdidos por el acero y el cemento de la ciudad. A medida que se vayan introduciendo en la cultura subterránea de los accidentes de coche irán despertando. Helen (Holly Hunter) y Gabrielle (Rosanna Arquette) se encuentran en proceso de ello, siendo Gabrielle la que está más cerca y la que ha ido más lejos. Pero si hay un personaje que ha ido lejos es Vaughan (Elias Koteas) que ha creado toda una filosofía alrededor de ello.

Una de las mejores películas de Cronenberg, beneficiada por una perturbadora y apropiada banda sonora de Howard Shore. No es una película para todos los paladares y es posible que si no estáis acostumbrados a este tipo de narrativa os resulte desagradable, pero para mí es un gran título muy recomendable.

1 comentarios:

sé de cine dijo...

La vi hace mucho pero obviamente Cronenberg no deja al espectador indiferente.