Centrado en la televisión, ya sea adaptando programas extranjeros o en su clásica serie antológica Historias para no dormir, la carrera cinematográfica de Narciso Ibáñez Serrador es breve pero intensa. Dos únicas pero memorables incursiones, no cuento el mediometraje televisivo La culpa (2006), dan fe del entusiasmo de Serrador por el género terrorífico.
La residencia (1969): Conocida internacionalmente como The House That Screamed o The Finishing School, es mucho más popular y reconocida en el extranjero que en España, como suele ser habitual con las películas de género de esta época. Protagonizada por la bella scream queen española Cristina Galbó, que interpreta a la recién llegada Teresa a una residencia para "señoritas conflictivas" francesa de principios de siglo. Allí se encontrará con los poco ortodoxos métodos de la señora Fourneau (Lilli Palmer), que incluyen encerrar a las alumnas díscolas en una habitación donde las castiga a base de latigazos.
Tras varias secuencias de erótico sadismo y escenas de duchas de las alumnas (con el camisón puesto) arranca la intriga de la película. Se empiezan a suceder los asesinatos, no muy gráficos pero tremendamente efectivos en su ejecución, que marcan la intriga de la película. Una intriga, todo hay que decirlo, no muy intrigante pero no por ello menos entretenida. Serrador crea una gran atmósfera gótica de aire clásico que contrasta con el erotismo reprimido que llena la escuela.
En ocasiones se ha señalado esta película como una influencia sobre Dario Argento a la hora de crear Suspiria (1977) pero lo cierto es que ambas películas no tienen nada en común, ya que la escuela de danza que aparece en el clásico de Argento también acepta estudiantes masculinos y poco tiene que ver con la escuela femenina que aparece en el film de Serrador ni en argumento ni atmósfera. Si hay una película que ha recibido influencia de La residencia esta es la genial, fantástica, tremenda, demencial y sublime Mil gritos tiene la noche (1982) de Juan Piquer Simón (sobre la que puedes saber más aquí).
Como muy acertadamente señala la página web Retroslashers, La residencia es uno de los muchos filmes europeos que empezó a configurar lo que sería el slasher. Su argumento, residencia femenina en la que se producen unos asesinatos, podría hacer referencia a infinidad de slashers ochenteros. La película se estrenó un año antes de que estallara la fiebre giallo, por lo que resulta bastante contenida visualmente, con la excepción de la escena final, siguiendo un estilo clásico que la hace parecer más antigua de lo que es si la comparamos con lo que se estaba haciendo entonces en el resto de Europa.
Hoy día la única edición visible, que respeta el formato en el que fue filmada, es la edición en DVD de Divisa que es bastante deficiente ya que no está adaptada a las televisiones panorámicas e incluye una artificial e inútil pista en 5.1, y como hacen con todas las coproducciones editadas en DVD aquí, sólo el audio en castellano. Teniendo en cuenta lo popular que es fuera de nuestras fronteras resulta extraño que no exista una buena edición, la única disponible es la incluida en la colección Elvira's Movie Macabre en la cual la película es interrumpida por los chistes de Elvira y está seriamente recortada. Teniendo en cuenta que era normal en aquellos días filmar dos versiones de las películas (una para el mercado nacional aprobada por la censura y otra para el extranjero sin censurar), es posible que surja algún día una edición en DVD o Blu-ray que contenga el audio castellano y el inglés, sea uncut y respete el formato en el que fue filmada y esté adaptada a las televisiones panorámicas. Lo cual no es mucho pedir hoy día.
La residencia (1969): Conocida internacionalmente como The House That Screamed o The Finishing School, es mucho más popular y reconocida en el extranjero que en España, como suele ser habitual con las películas de género de esta época. Protagonizada por la bella scream queen española Cristina Galbó, que interpreta a la recién llegada Teresa a una residencia para "señoritas conflictivas" francesa de principios de siglo. Allí se encontrará con los poco ortodoxos métodos de la señora Fourneau (Lilli Palmer), que incluyen encerrar a las alumnas díscolas en una habitación donde las castiga a base de latigazos.
Tras varias secuencias de erótico sadismo y escenas de duchas de las alumnas (con el camisón puesto) arranca la intriga de la película. Se empiezan a suceder los asesinatos, no muy gráficos pero tremendamente efectivos en su ejecución, que marcan la intriga de la película. Una intriga, todo hay que decirlo, no muy intrigante pero no por ello menos entretenida. Serrador crea una gran atmósfera gótica de aire clásico que contrasta con el erotismo reprimido que llena la escuela.
En ocasiones se ha señalado esta película como una influencia sobre Dario Argento a la hora de crear Suspiria (1977) pero lo cierto es que ambas películas no tienen nada en común, ya que la escuela de danza que aparece en el clásico de Argento también acepta estudiantes masculinos y poco tiene que ver con la escuela femenina que aparece en el film de Serrador ni en argumento ni atmósfera. Si hay una película que ha recibido influencia de La residencia esta es la genial, fantástica, tremenda, demencial y sublime Mil gritos tiene la noche (1982) de Juan Piquer Simón (sobre la que puedes saber más aquí).
Como muy acertadamente señala la página web Retroslashers, La residencia es uno de los muchos filmes europeos que empezó a configurar lo que sería el slasher. Su argumento, residencia femenina en la que se producen unos asesinatos, podría hacer referencia a infinidad de slashers ochenteros. La película se estrenó un año antes de que estallara la fiebre giallo, por lo que resulta bastante contenida visualmente, con la excepción de la escena final, siguiendo un estilo clásico que la hace parecer más antigua de lo que es si la comparamos con lo que se estaba haciendo entonces en el resto de Europa.
Hoy día la única edición visible, que respeta el formato en el que fue filmada, es la edición en DVD de Divisa que es bastante deficiente ya que no está adaptada a las televisiones panorámicas e incluye una artificial e inútil pista en 5.1, y como hacen con todas las coproducciones editadas en DVD aquí, sólo el audio en castellano. Teniendo en cuenta lo popular que es fuera de nuestras fronteras resulta extraño que no exista una buena edición, la única disponible es la incluida en la colección Elvira's Movie Macabre en la cual la película es interrumpida por los chistes de Elvira y está seriamente recortada. Teniendo en cuenta que era normal en aquellos días filmar dos versiones de las películas (una para el mercado nacional aprobada por la censura y otra para el extranjero sin censurar), es posible que surja algún día una edición en DVD o Blu-ray que contenga el audio castellano y el inglés, sea uncut y respete el formato en el que fue filmada y esté adaptada a las televisiones panorámicas. Lo cual no es mucho pedir hoy día.
¿Quién puede matar a un niño? (1976): Conocida también como Island of the Damned, Island of Death o The Killer's Playground, esta es la película más famosa de Narciso Ibáñez Serrador. El argumento es de sobra conocido por todos: la pareja de turistas británica Tom y Evelyn (Lewis Fiander y Prunella Ransome) que viaja por la costa española decide visitar una pequeña isla en la cual una infecciosa locura ha convertido a los niños del lugar en psicópatas asesinos.
En un coloquio en el programa Versión Española de La 2, Serrador se lamentaba de dos cosas en lo que respecta a esta película: que en España se estrenara una versión doblada y que los críticos del momento no entendiesen que las imágenes documentales de los títulos de crédito contenían el mensaje de la película.
En cuanto al doblaje es cierto que destruye parte de la amenazante atmósfera. En la versión original la pareja protagonista habla en inglés y el resto de personajes en castellano, aumentando con la barrera del idioma el aislamiento y el miedo en la pareja protagonista. El doblaje provoca también que haya muchos diálogos de besugos cuando en la versión original el marido le hace de traductor a su esposa. Es semejante al destrozo que se hace en el doblaje castellano de Suspiria: una escena al principio en el que la primera víctima dice algo que resulta ininteligible y que la protagonista se dedicará a intentar descifrar a lo largo de la película, por lo menos así es en las versiones inglesa, francesa e italiana (las que he visto); sin embargo en el doblaje castellano la doblan de manera que se oiga perfectamente lo que dice desde el principio destrozando todo el misterio alrededor de las palabras de la primera víctima.
En cuanto a lo que dice Serrador sobre los fragmentos de documentales que aparecen durante los títulos de crédito no creo que el problema radique en que no se entienda que ahí reside el mensaje de la película, es que se entiende demasiado. El mismo Serrador en un cameo le comunica al protagonista el mensaje, con lo que las secuencias documentales resultan innecesarias y redundantes. Es como si el director temiera que se interpretara la película como un simple film de terror y se perdiera el subtexto. Desde mi punto de vista las imágenes del principio son un error, sin mencionar el hecho que casi te quitan las ganas de ver la película por el mal cuerpo que dejan.
Entrando en la película en si, Serrador coge elementos de La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, George A. Romero, 1968), pero sobretodo de Los pájaros (The Birds, Alfred Hitchcock, 1963), para construir el suspense y la inquietud que conforman la atmósfera del film. El suspense de la primera mitad da paso a una segunda mitad, más violenta, en la cual entra en juego la lucha por la supervivencia y se da respuesta a la pregunta del título.
Junto a la psicotrónica Abrazo mortal (The Children, Max Kalmanowicz, 1980), ¿Quién puede matar a un niño? resulta el máximo exponente de lo que he bautizado "terror generacional": películas en las cuales los niños se vuelven en homicidas dedicados a exterminar a los adultos. Lo llamo "generacional" porque considero que representan el terror de las viejas generaciones ante las nuevas, especialmente a partir de los movimientos revolucionarios juveniles de finales de los 60. No hay nada que dé más miedo que lo desconocido y la juventud de entonces de pelo largo y moral lujuriosa resultaba tremendamente desconocida y extraña a la vieja guardia. Por supuesto, Serrador tenía más en mente al adaptar la obra de Juan José Plans El juego de los niños para el cine los abusos que sufre la infancia que hacer una alegoría sobre la transición generacional, pero es lo bueno de las películas: cada uno las interpreta a su manera.
Se vea como se vea, la película no deja de ser angustiante y mantiene al espectador al borde del sillón de principio a fin. Para mí destaca especialmente el arco emocional de los protagonistas en donde se mezcla el miedo con la incredulidad de lo que les está sucediendo. También destacaría la SPOILER escena en la que la pobre Evelyn sufre el término de su embarazo. Los gritos de terror ante lo que está sucediendo dentro de sus entrañas se me grabaron en la cabeza ya que me hicieron imaginarme lo que estaba pasando de manera bastante gráfica FIN SPOILER.
Al contrario que con La residencia, esta película resulta más fácil de encontrar, ya sea en ediciones de importación como nacionales, incluyendo una entrevista con el director, aunque poco más.
Se vea como se vea, la película no deja de ser angustiante y mantiene al espectador al borde del sillón de principio a fin. Para mí destaca especialmente el arco emocional de los protagonistas en donde se mezcla el miedo con la incredulidad de lo que les está sucediendo. También destacaría la SPOILER escena en la que la pobre Evelyn sufre el término de su embarazo. Los gritos de terror ante lo que está sucediendo dentro de sus entrañas se me grabaron en la cabeza ya que me hicieron imaginarme lo que estaba pasando de manera bastante gráfica FIN SPOILER.
Al contrario que con La residencia, esta película resulta más fácil de encontrar, ya sea en ediciones de importación como nacionales, incluyendo una entrevista con el director, aunque poco más.
11 comentarios:
La residencia tiene un toque. Quién puede matar a un niño está ahí pendiente. Oí cosas buenas de ella; una pena esos detalles del doblaje. Buena entrada de un clásico del terror en España. Su padre, Menta, era otro al que se le daba bien el terror; en TV hizo series carismáticas. Un saludo, Raül.
Javi, en las ediciones en DVD se incluye la película en versión original, así que el problema ya está arreglado, por suerte.
Casualmente hace un par de semanas vi por primera vez ¿Quien puede matar a un niño?, y me pareció una obra maestra. El tramo final es brutal.
Por cierto, ahora Koldo Serra está preparando una especie de Remake/homenaje llamado Perros Muertos.
A ver si me la compro si la encuentro barata la de Quién puede matar...?
Dr. Gonzo, realmente espero que no sea un remake sino un ejercicio de homenaje con un argumento diferente, ya que dudo que se pueda añadir nada a la historia.
Javi, creo recordar que la vendían con el País hace unos años, no sé si la edición de Manga FIlms todavía se puede encontrar. Lo que es seguro es que se puede encontrar fácil de importación como "Who can kill a child?"
A mí me parece mucho mejor ¿Quién puede matar a un niño? que La residencia. La residencia, pues lo que comentas, tiene una intriga que no es muy intrigante, aunque es disfrutable.
En ¿Quién puede matar a un niño? estoy de acuerdo en que las imágenes de los créditos están un poco metidas con calzador. Son imágenes muy duras e innecesarias.
De todas formas yo no considero a Chicho o, mejor dicho, las películas de Chicho como obras maestras del cine español. La residencia me dejó algo frío y en ¿Quién puede matar a un niño? hay momentos que parece que estén algo alargados. Igual hubiera sido mejor un poco menos de metraje.
Einer, las películas de Serrador desde luego no son perfectas, pero por eso hubiera sido interesante que se hubiese implicado más en el cine, ya que a pesar de sus fallos sus películas han dejado marca.
Son películas que me gustan mucho, eso sí, aunque realmente la única obra maestra que menciono es Mil gritos tiene la noche de Juan Piquer Simón.
Hola Raül! Perdona que te comente una entrada de hace algunos añitos, pero ando desesperado buscando la autoría del póster español de "¿Quién puede matar a un niño?". El de los cuchillos en fila... ¿Sabes dónde puedo buscar?
Ni idea. Sé que el autor es un tal Prieto, que a lo mejor se refiere a Manolo Prieto, el creador del toro de Osborne. Pero en páginas dedicadas a pósters solo indica Prieto y en páginas dedicadas a Manolo Prieto tampoco pone nada.
Estoy en ello, a ver si averiguamos algo... ¡Gracias!
De nada, si fuera americano supongo que no habría problemas en saber más.
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