Después del festival cárnico de Videodrome, la siguiente película de David Cronenberg fue la sobria adaptación de la novela de Stephen King La Zona Muerta. Fue la primera película en la que Cronenberg sufrió una mayor intervención por parte del estudio y los productores: quería que la música fuera compuesta por Howard Shore pero el estudio le impuso que escogiera un compositor que ya hubiera trabajado con ellos, en este caso Michael Kamen y la primera opción de Cronenberg para interpretar al Sheriff Bannerman, Hal Holbrook, fue desechada por Dino De Laurentiis y se acabó escogiendo a Tom Skerritt.
Como muchos ya sabréis, el film cuenta la historia de Johnny Smith (Cristopher Walken) que tras un accidente descubre que tiene poderes que le permiten predecir el futuro y saber la vida y milagros de toda aquella persona que toca.
La intención original de la novela de King era explicar la historia del asesino de un presidente de modo que uno se pusiera de parte del asesino. Para ello se presenta al futuro presidente Greg Stillson (Martin Sheen) como un peligroso demente y delincuente. El problema con la película es que no crea un fuerte paralelismo entre Johnny y Stillson, además de que Stillson no tiene suficiente fuerza como demente peligroso. Le falta desarrollar más el personaje de Stillson.
Pero la película también tiene cosas buenas. La relación entre Johnny y Sarah (Brooke Adams) está bien construida y es el corazón de un film por lo demás bastante frío; la investigación sobre los asesinatos en Castle Rock también está bien narrada.
Tal vez el problema principal sea que la novela se habría trasladado mejor a la televisión como miniserie, donde se habría podido desarrollar con más tiempo a los personajes. Aunque ahora que lo pienso, sí que hicieron una serie de televisión basada en la novela, serie que duró seis temporadas, pero estaba pensada como serie regular, por tanto se eliminó todo lo relacionado con Stillson y se quedaron con los poderes que Johnny adquiere tras el accidente.
Finalmente, La Zona Muerta queda como un film menor dentro de la filmografía de Cronenberg. Como un descanso entre dos de sus títulos más conocidos: Videodrome (1983) y La Mosca (The Fly, 1986).
La intención original de la novela de King era explicar la historia del asesino de un presidente de modo que uno se pusiera de parte del asesino. Para ello se presenta al futuro presidente Greg Stillson (Martin Sheen) como un peligroso demente y delincuente. El problema con la película es que no crea un fuerte paralelismo entre Johnny y Stillson, además de que Stillson no tiene suficiente fuerza como demente peligroso. Le falta desarrollar más el personaje de Stillson.
Pero la película también tiene cosas buenas. La relación entre Johnny y Sarah (Brooke Adams) está bien construida y es el corazón de un film por lo demás bastante frío; la investigación sobre los asesinatos en Castle Rock también está bien narrada.
Tal vez el problema principal sea que la novela se habría trasladado mejor a la televisión como miniserie, donde se habría podido desarrollar con más tiempo a los personajes. Aunque ahora que lo pienso, sí que hicieron una serie de televisión basada en la novela, serie que duró seis temporadas, pero estaba pensada como serie regular, por tanto se eliminó todo lo relacionado con Stillson y se quedaron con los poderes que Johnny adquiere tras el accidente.
Finalmente, La Zona Muerta queda como un film menor dentro de la filmografía de Cronenberg. Como un descanso entre dos de sus títulos más conocidos: Videodrome (1983) y La Mosca (The Fly, 1986).
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